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V CENTENARIO DE LA PRIMERA VUELTA AL MUNDO DE MAGALLANES Y ELCANO andaluzas y como no hubo suficientes naturales hubo que consentir ciertas irregularidades, como no respetar la prohibición emitida el 9 de junio de 1500 relativa a que los corregidores y gobernadores llevaran «alguaciles, tenientes y naturales de sus pueblos» —lo que no se respetó con Magallanes, que llevó a varios parientes— o las órdenes de 16 de septiembre de 1501 y de 15 de junio de 1510, que prohibían pasaran a América extranjeros, moros, judíos, herejes y reconciliados por la Inquisición, algo que tampoco se respetó en relación a los extranjeros, lo que puede explicarse, tal vez, porque no se trataba de una expedición de conquista ni colonizadora, solo descubridora; además, como el viaje no era exactamente a las nuevas Indias, sino a buscar el paso por ellas, se relajaron las medidas drásticas (7). Junto con marineros, grumetes y pajes, también embarcaron otros individuos que no intervenían en las maniobras, pero atendían las necesidades de las tripulaciones, los trabajos de reparación y mantenimiento de los navíos y las diversas situaciones administrativas y comerciales que se presentaran en el viaje, como eran los capellanes, escribanos, alguaciles, merinos, cirujanos, despenseros, calafates y toneleros. La función estrictamente militar se encomendó a fuerzas de Infantería para la ocupación y manejo de la artillería tanto la naval, propia de los buques, como la de campaña para ser desembarcada llegada la ocasión; su manejo correspondía a los condestables, lombarderos y armeros. Para servir y ayudar a los jefes había criados y a algunos sobresalientes, que solían ser personajes de calidad o relacionados con los mandos de la expedición —sobre todo con Magallanes, como fue el caso de Pigafetta, cuyo relato sobre la circunnavegación es el más conocido—, se les encomendaban cometidos diversos. En la Trinidad iban también embarcados dos criados «de lengua», es decir dos intérpretes; uno de ellos, importantísimo por el papel que jugó cuando llegaron a Filipinas, fue Henrique de Malaca, esclavo que Magallanes había traído de sus viajes anteriores al sureste asiático y que se ha considerado —sin una demostración fidedigna— el primer hombre que circunvaló la tierra. Finalmente, las tripulaciones iniciales las componían 171 hombres de los reinos españoles, 35 de los estados italianos, 26 portugueses, 17 franceses, cuatro de Flandes, otros cuatro de Rodas, tres alemanes, un inglés, tres negros y uno de Malaca, que en los barcos se repartían así: 62 en la Trinidad, 56 en la San Antonio, 44 en la Concepción, 45 en la Victoria y 32 en la Santiago. Los factores de la Casa de la Contratación, que eran los organizadores de la expedición, consideraron que había demasiados portugueses, pues las órdenes de Carlos I eran claras, ya que debían advertir a los capitanes y maestres «que no lleven más de cuatro o cinco personas, y los que tomen de más los despidan y (7) BLANCO NÚÑEZ, José María: «La expedición de Magallanes. Organización y métodos», en VII Simposio de Historia Marítima, Lisboa, 2002. 2019 235


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