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60 AÑOS DE «REVOLUCIÓN» EN CUBA En 2019 se han cumplido 60 años de la entrada de los revolucionarios en La Habana y con ello de la caída del régimen de Fulgencio Batista. La mayor parte de este periplo discurre de la mano de la personalidad extraordinaria de Fidel Castro y, en los últimos años, de la de su hermano Raúl. El artículo busca dar una visión de este recorrido temporal de una forma sintética y cercana para ofrecer al lector un conocimiento general sobre el tema en sus diferentes etapas Raúl Suevos Barrero Coronel de Infantería El 1  de enero de  1959 llegaban los barbudos1 a la ciudad de La Habana, capital de Cuba. Fue un estallido de alegría espontánea, y no era para menos, pues suponía el fin de una dictadura que, además de corrupta, se había convertido en los últimos tiempos en salvaje y homicida. Algo más tarde, con la llegada de Fidel Castro a la capital tras unos ocho días de recorrido triunfal y apoteósico desde Santiago de Cuba, con parada en las principales ciudades, y aún en medio de la alegría, se celebró un desfile en el malecón habanero con Fidel y los comandantes de la Revolución en la cabeza de la manifestación, 32  /  Revista Ejército n.º 942 • octubre 2019 en medio del fervor popular de la mayor parte de la población. Batista había huido durante la Nochevieja —lo cuenta muy bien Coppola en El Padrino— acompañado de unos pocos fieles y familiares, además de las maletas cargadas de las divisas y valores que no había expatriado previamente. Después de pasar por la República Dominicana y Portugal, moriría en Marbella en 1973. LOS INICIOS DE LA REVOLUCIÓN Batista había alcanzado el poder gracias a la «revuelta de los sargentos », que en 1933 acabó con el machadismo2 —él era sargento mecanógrafo—, y la instauración de la llamada Pentarquía, bajo su control más o menos encubierto desde el puesto de jefe de las Fuerzas Armadas una vez autoascendido a coronel. Después sería presidente en 1940, tras ganar unas elecciones «normales », período al que siguieron dos gobiernos constitucionales —Grau y Prío— pero corruptos. Ante la perspectiva de fracasar en las siguientes elecciones optó por una vía más expedita y con un golpe derribó al Gobierno de Prío Socarrás en 1952. Este período final se caracterizó por la corrupción política, el crimen organizado y los asesinatos de disidentes; y además de esto, el sistema económico, basado en el monocultivo del azúcar y la entrada masiva de capital norteamericano, mantenía unos insostenibles niveles de injusticia social y económica. Para entonces, Fidel, que ya había hecho su noviciado en la UIR, Unión


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