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LA DEFENSA DE LAS COSTAS DEL MAR DE ALBORÁN EN 1776 Y LOS COMBATES... tivo para apremiar a todo Oficial de guerra de Marina, a los Subalternos, Guardias Marinas y Aventureros»67. En enero de 1777, Castejón comunicó a Tejada la decisión del rey de conceder, tanto a él como al resto de los comandantes, encomiendas o pensiones en diferentes órdenes militares68. Conclusión La tensión en las costas mediterráneas era permanente debido a la constante actividad corsaria argelina. Esa tensión provocaba a menudo desinformación, confusiones y aprovechamiento de las circunstancias por parte de unos pocos. El año 1776 terminó con una buena noticia para los españoles: la política de presión a los buques piratas argelinos había dado finalmente frutos, tras un año de vigilancia intensa. Los combates de Melilla y Trigonia del 29 de noviembre al 2 de diciembre nos dan pruebas sobradas del arrojo, valentía y fiereza combativa de los argelinos, que estaban dispuestos, en determinados momentos, a combatir contra una escuadra superior a la suya. Por ello, los españoles debían estar preparados, no solo militarmente, para enfrentarse con enemigos tan difíciles de batir, sino también desde un plano psicológico, a fin de tener una decisión y una fiereza asimilables. Determinación es lo que demostraron las dotaciones españolas, desde el jefe de la división hasta la marinería, pasando por oficiales, aventureros, brigadas de artillería, etc., de rendir, hundir o quemar las naves enemigas, y para ello desplegaron en cada momento las tácticas más convenientes. Tejada tomó decisiones arriesgadas en determinadas ocasiones, como permanecer en la bahía de Algeciras a la espera de que los vigías vieran a los enemigos para preservar sus naves, a riesgo de no detectar el paso de las de los enemigos; o dirigirse a Tres Forcas, habiendo tantas opciones, cuando reinaba la oscuridad en la noche del 29 al 30 de noviembre; o concentrar fuerzas contra determinados jabeques enemigos, como cuando obligó a varar al mayor de los jabeques argelinos para no darle opción alguna, posibilitando que el menor pudiera escapar, dado que las fragatas que le perseguían eran menos veloces. Pero cada decisión acabó resultando un acierto y cumplió con todos los objetivos, aunque probablemente lamentaría no haber podido apresar uno o los dos jabeques. Antonio Barceló, en cambio, no acertó en el rumbo tomado por la escuadra argelina. Pero la estrategia de González de Castejón de situar ambas escuadras en el Estrecho había sido acertada. Si los argelinos, en vez de tomar rumbo a Tres Forcas, hubieran ido más al oeste, probablemente se habrían topado con la escuadra de Barceló. Pero Barceló no tenía nada que demostrar después de varios decenios combatiendo a los berberiscos con enorme éxito. (67) AMC, carta de Andrés Reggio a Tejada. Isla de León, 17 de diciembre de 1776. (68) AMC, carta de González de Castejón a Tejada. El Pardo, 20 de enero de 1777. Año 2019 REVISTA DE HISTORIA NAVAL 99


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