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sus órdenes: «Envío la orden para el destino de tu sobrino como lo pides y en esto acreditarás el deseo que tiene de servirte en cuanto tenga arbitrio tu verdadero y fiel amigo»10. El 1 febrero de 178811, Mazarredo pide a Valdés que se conceda a Francisco de Moyúa destino en una fragata que irá a Constantinopla: «Aunque el Rey me tiene acordado cerca de mí en calidad de ayudante al teniente de fragata don Francisco de Moyúa para su instrucción en materia de ordenanzas, interesándome que no le pare perjuicio para el mérito de campañas y de adelantamiento marinero, para que es tan apto, suplico a V. E. le proporcione que S. M. le destine en una de las fragatas Santa Cecilia o Santa Rosa que deben JOSÉ ANDRÉS ÁLVARO OCÁRIZ Detalle de la estatua dedicada a Antonio Valdés en Fuenmayor (La Rioja) hacer próxima navegación a Constantinopla, viaje que por todas sus circunstancias de reconocimientos de tierras, fondeaderos y prolijo diario facilita a un oficial aplicado mayores conocimientos que una travesía larga cualquiera»12. Cuando termina la campaña de Constantinopla, en noviembre de 1788, se reintegra a su destino anterior13. Al año siguiente, Mazarredo pide que Moyúa embarque en el paquebote Santa Casilda, al mando de Ventura Barcáiztegui14: «Mi ayudante y sobrino el teniente de fragata don Francisco de Moyúa, entendido de la comisión de reconocimiento de los puertos de Cuba confiado a don Ventura Barcaiztegui15, parece que le escribió manifestándole su buena (10) AMN, AM, t. XXIV, f. 18. (11) Ibídem, t. XIII, ff. 64-67. (12) Ib., f. 64. (13) Ib., f. 67. (14) Ib., t. XIV, ff. 63-65. (15) Ventura de Barcáiztegui fue un prestigioso oficial de la Armada. Alejandro Malaspina lo requirió para su expedición alrededor del mundo, pero fue desembarcado a instancias de josé de Mazarredo, quien necesitaba su presencia en la Escuela de Guardias Marinas. Mazarredo valoraba la formación científica de Barcáiztegui y su firmeza e inteligencia marinera para el mando de cualquier embarcación, razones que llevaron a encomendarle la expedición a la costa oriental de Cuba, dirigida a efectuar trabajos cartográficos y al estudio de sus recursos forestales. Al mando del paquebote Santa Casilda, esta expedición se llevó a cabo entre 1790 y 1793. Debido a las duras condiciones meteorológicas que hubo de soportar, enfermó la casi totalidad de la tripulación y fallecieron nueve hombres. Pocos años después desempeñó diversas misiones militares en las islas Filipinas y Cantón, realizando también trabajos hidrográficos. Una de sus acciones más destacadas fue la operación de salvamento de la tripulación de la San Andrés, 106 REVISTA DE HISTORIA NAVAL Núm. 146


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