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JOSÉ ANDRÉS ÁLVARO OCÁRIZ El 16 de abril de 179619 realiza unas pruebas de comparación entre la goleta bombardera Furia y la corbeta Colón, al mando de don Francisco de Paula Manjón. Moyúa elabora un informe al respecto, cuyas notas finales son las siguientes: «1.— De la prueba del servicio del mortero resulta que en ningún caso puede hacerse uso de él en la goleta en la mar, respecto a que pasa de bolina, queda hecha una boya imposibilitada de navegar y se necesitaría que fuera inmoble fijo el objeto contra el que dirigiera su fuego. 2.— En el parte del comandante de la corbeta Colón consta que con mucha dificultad se aguantaba con las escuadras y es no más que de mediana resistencia para las mares, no sintió incomodidad alguna, ni aún tuvo noción por la proa en la marejada del día de la prueba, alejándose a sólo ocho millas de tierra. Y de esta comparación, considerándolo forzosamente el mejor estado de estiba el de la goleta Furia, pues tenía el mortero y cañones en bodega, no obstante lo cual, a cada cabezada, metía la proa en el agua, embarcando mucha cantidad de ella. Resulta que de ningún modo es útil ni aun para acompañamiento marinero con escuadra. 3.- Para sus faenas de montar y desmontar los cañones y mortero, aun en bonanza sin marejada y no bastarán en ocasiones de mediano balance y cabezada, en que estará la goleta con poco motivo, se necesitan los cuarenta hombres que se la pusieron, los cuales no tienen donde estar sino sobre cubiertas, casi inmobles por los resaltos de fosa y escotilla, y esto por si solo hace un imposible el que se enmare por más de un día con escuadra»20. Ese mismo mes realiza unas pruebas para colocar un cañón en las lanchas de los navíos21 a través de un sistema de correderas, procedimiento que había ideado él mismo. Ante el éxito que tiene en la fragata Pomona, Mazarredo pide que se instale en el San Juan Nepomuceno y en todos los barcos de la Armada: (José de Mazarredo a Miguel Gastón)22 «El comandante de la fragata Pomona, don Francisco de Moyúa y Mazarredo, con permiso mío, ha dispuesto en su lancha un armazón de correderas sobre el cual se monte un cañón de doce por la popa. Hecha la prueba de lo cual ayer, se ha visto que la lancha se maneja con el cañón como si tal no tuviese, siendo advertencia no sólo que no se tiene movimiento alguno dentro de la lancha por la explosión, sino que, estando necesitada de recorrida y de composición, se ha retardado al enviarla al intento al Arsenal, para observar si aflojaba más la estopa o se la causaba otro daño y no se ha notado el menor. Esta experiencia me hace considerar la importancia de que sería que en todas las lanchas de los buques se prepare igual armazón para que pueda montarse un cañón, el mayor de su respectivo buque, hasta el calibre de 24, con lo cual una (19) Ib., ff. 246-253. (20) Ib., f. 253. (21) Ib., f. 259 (a y b); t. XXXV, ff. 146-149. (22) Ib., t. XXXV, f. 146. 108 REVISTA DE HISTORIA NAVAL Núm. 146


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