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AUGUSTO A. ALVES SALGADO Y MIGUEL CASTRO BRANDÃO avistado cuando estaba muy cerca del U-Boot; y, a pesar de haber disparado el último sus armas, mientras levaba el ancla vio con horror cómo las estelas de tres torpedos se dirigían hacia él. Gracias a su rápida reacción, dos de los torpedos explotaron en tierra, pero el tercero lo alcanzó, si bien, afortunadamente para él, no explotó. En este episodio, por suerte, solo falleció un marinero del submarino alemán, y otros dos, finalmente, consiguieron ganar la orilla. Es curioso encontrar a portugueses involucrados en estas acciones de espionaje; en las islas Canarias51 fueron identificados Alexandre dos Santos y Francisco Gonçalves. En el norte, los servicios de inteligencia informaban sobre portugueses que visitaban a amigos fronterizos, en particular cuando sabían que estaban con alemanes o sospechaban que apoyaban a esa nación. Y así, cierto joaquim Martins y un tal Costa Lima habrían cenado en Vigo con dos alemanes que habían vivido en Lisboa. Tal vez algo más de sustancia tenía el vínculo entre el llamado Alves do Rio, residente en junqueira núm. 380 (Lisboa), y Hermann Resenaw, del que existían referencias como jefe del espionaje alemán en Madrid y con quien Do Rio mantenía correspondencia. O, en fin, Ruiz García, residente en el número 2 de la calle Veinticuatro de julio (Lisboa), que había hecho un pedido a Vigo de 25.000 litros de gasolina que Vacuum Oil habría rechazado52. Otras acciones sospechosas de producirse con frecuencia en el Atlántico portugués involucraban a neutrales (noruegos, suecos, españoles53, holandeses y griegos) que transportaban maletas con correspondencia para los submarinos alemanes54. Cabe señalar que los buques mercantes neutrales pasaban muy cerca de la costa portuguesa, con el objetivo de procurarse cierta «protección» de las aguas territoriales de Portugal o, simplemente, haciendo cabotaje. En un solo episodio, acontecido en el cabo de Sagres el 24 de abril de 1917, el célebre U-35 identificó y atacó a 10 buques mercantes, de los cuales solo dos enarbolaban bandera beligerante. Otros cinco eran españoles, de los cuales ninguno fue hundido; sin embargo, sí resultaron hundidos dos noruegos y un danés, ambos neutrales, y un velero italiano. Solo logró escapar un barco francés, tras intercambiar varios disparos con el submarino55. También podría ocurrir que los U-Boote desembarcasen correo con destino a las embajadas alemanas. La red inglesa de espionaje en España sospechaba que tales operaciones podían producirse en aguas de Cádiz, más concretamente en la costa de Chipiona, en la desembocadura del Guadalquivir. Estos hechos confirmarían, según la inteligencia británica, la existencia de un servicio organizado de mensajería entre Zeebruge y la embajada alemana en Madrid56. Pero también se sospechaba de la existencia de una organización similar en el norte de España, en este caso a través del cónsul alemán en (51) PONCE MARRERO, 2006, pp. 255-256. (52) BCM-AH, núcleo 320, caja 8. (53) NA-PRO, ADM137-709. (54) BCM-AH, núcleo 320, notas 248 y 249, agosto 1917. (55) TELO, António josé; SALGADO, Augusto, y RUSSO, jorge: Ações do U-35 no Algarve. Escola Naval e Câmara de Vila do Bispo, Lisboa y Vila do Bispo, 2017. (56) NA-PRO, ADM137-4100. 66 REVISTA DE HISTORIA NAVAL Núm. 146


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