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LA DEFENSA DE LAS COSTAS DEL MAR DE ALBORÁN EN 1776 Y LOS COMBATES... rrancho. Esas dos embarcaciones no eran otras que la fragata Carmen y el jabeque San Luis, que se retiraban hacia Málaga tras el incendio del jabeque argelino. A las 16:00 Barceló recibió las noticias de lo sucedido hasta entonces, tras lo que decidió volver al Estrecho por la costa africana, para llegar a la bahía de San Roque el día 4. Al amanecer de ese día, el pequeño de los jabeques berberiscos, pero que llevaba el gallardetón en su mayor, fue avistado unas cuatro o cinco leguas por delante del Gamo, siempre cercano a la costa. El viento refrescó, lo que facilitó que los jabeques españoles fueran ganando poco a poco terreno al argelino. La escuadra española se fue distribuyendo con el fin de tratar de limitar las opciones al jabeque enemigo. A las 13:30 roló a levante, «con lo que perdió todas las proporciones que le ofrecía su grande andar». Se encontraban en las inmediaciones del cabo Milonia, zona a día de hoy emplazada en territorio argelino. El Gamo se había destacado mucho del resto. Lo seguía a cierta distancia, por las mismas aguas, la Garzota, y a su través, a sotavento, más cercano a la costa, el Pilar, para cortar al enemigo en caso de que arribara en popa. La Santa Lucía se encontraba a bastante distancia. En este punto, Tejada relata cómo el enemigo tenía dos opciones: 1) meterse bajo los fuegos del castillo de Tremecén, aunque «nunca le hubieran librado de arriar el pavellon a estos jabeques, y sufrir, quando menos, por mui barado, el q.e yo le quemara vaxo la artillería de aquella fortaleza», o 2) varar en alguna playa, que según Tejada era la mejor opción y, efectivamente, fue la que finalmente tomó el corsario: «Tomó el partido de ceñir al viento, con la misma proa que estos Buques, hasta tanto q.e hallandose proximo a la costa persuadido a que me ganaría la proa, tomó el partido de virar, lo que me complacía, porque de no conseguir su fin, caería entre todos los buques, y de tener efecto le reparaba de tomar el ultimo partido de barar (sic)»59. Allí se encontraban frente a frente los dos jabeques, capitaneados por los comandantes de sus respectivas escuadras, Sidi Mohamet Marroquí –como se llegaría a saber– y Félix de Tejada. Pero si el argelino había concebido el plan de abordarlo, cambió parecer cuando estaba muy próximo al Gamo, pues volvió a la costa y la corrió en popa hasta meterse en la ensenada de Trigonia, donde dio fondo al ponerse el sol. En el Derrotero de Tofiño se sitúa esta ensenada entre los cabos de Milonia y Hone60. En el Derrotero actual, el nombre ha desaparecido. Por la descripción realizada por Tejada, que califica el lugar de «pequeña Abra» y «la costa que rodeaba una pequeña playa de montañas altas», el punto por donde entró el jabeque argelino debía de estar entre el cabo Milonia y la punta Bou Madame, y posiblemente se trate de la llamada actualmente ensenada Mersa el (59) Ibídem. (60) TOFIÑO DE SAN MIGUEL, p. 145. Año 2019 REVISTA DE HISTORIA NAVAL 95


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