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Historia HISTORIA DE LOS NUDOS Y EL ARTE DE ANUDAR Entalingadura de rezón doble La red de pesca del tipo de enmalle de fondo constaba de dos paños largos de forma rectangular y puestos en paralelo, con una longitud de varias decenas de metros. En la parte superior a la red se coloca un cabo llamado relinga para servir de refuerzo y facilitar su manejo. Este cabo lleva amarrados unos pequeños corchos de forma redonda y horadados por su centro, lo que permitía fijarlos a la relinga y mantener flotando esta parte de la red. En algunos sitios en vez de corchos se colocaban calabazas huecas. Por su parte inferior, también tenían otro cabo de relinga al que se sujetaban unas piedras, o en algunos casos plomos, que mantenían la red fija en el fondo del paraje de pesca. Para evitar el desplazamiento de la red, en uno de los extremos se colocaba un rezón para anclaje y fondeo. En ocasiones el amarre era algo particular, pues al arganeo del rezón se le daba una triple vuelta por seguridad y para evitar alguna pérdida al haberse aflojado la amarradura efectuada. La aparición de estas entalingaduras específicas del tipo de amarradura no tiene lugar hasta bien entrado el siglo XVII. No he encontrado un detalle gráfico de esta amarradura, si bien he visto cómo era utilizada entre los pescadores gallegos desde hace generaciones. Etimología El nombre no tiene un origen claro y específico, más bien deriva de la aplicación que se le da a la amarradura y a la manera de hacerla. El nombre proviene de su empleo en anclas y rezones y se le añade doble para diferenciarla de la «entalingadura de rezón o de doble malla». Así pues aceptaremos el nombre de «entalingadura de rezón doble» por ser la que mejor define esta amarradura. 2019 583


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