SESENTA AÑOS DEL «JORGE JUAN» Luis MOLLÁ AYUSO (Reserva) N los primeros meses de 1957, el recién nombrado ministro de Marina, almirante Felipe José Abárzuza Oliva, autorizaba la construcción de una residencia en Madrid para hijos de generales, jefes y oficiales de los cuerpos patentados que se hallasen cursando estudios relativos a carreras ajenas a las de la Armada y cuyas familias no residieran en la capital, incidiendo en el mismo escrito en que de la organización y administración de la misma habría de encargarse la entonces Asociación de Acción Social. Iniciada la construcción, el propio ministro acotaba que lo que todavía se esperaba que fuera a ser una residencia se reservaría a aquellos alumnos que cursaran estudios en las distintas facultades universitarias y en escuelas especiales, señalando que una vez en funcionamiento cesaría el servicio de internado establecido para esos mismos estudiantes en el Colegio de Huérfanos de la Armada Nuestra Señora del Carmen. Para la ubicación del centro se pensó en los terrenos de la Ciudad Universitaria, ideales por su proximidad al conjunto de facultades; sin embargo, la Armada no podía acceder a esas fincas con ánimo de compra, pues se trataba de una zona perteneciente al campus de la Universidad Complutense con régimen jurídico propio, por lo que únicamente podían ser cedidos mediante aprobación de la Junta de la Ciudad Universitaria y el pago del correspondiente canon, siempre que los terrenos fueran destinados al levantamiento de un colegio mayor universitario y no una residencia. El 31 de enero de 1959, aprobada la cuestión y hecho efectivo el pago del canon, el Ministerio de Educación autorizó la construcción de un edificio destinado a colegio mayor, dependiente del Patronato de Casas de la Armada, en una parcela de 6.300 metros cuadrados situada en la zona de colegios mayores oficiales, a conti- 2019 467
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