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TEMAS PROFESIONALES dional, donde debido a la existencia de reservas energéticas, hay una gran disputa entre los países cercanos: la propia China, Brunéi, Filipinas, Malasia, Taiwán y Vietnam. Fue una gran demostración naval a la que fueron invitados muchos jefes de legaciones extranjeras, ante los que el presidente chino pronunció un discurso de tintes pacifistas, diciendo que las fuerzas navales del mundo deben de trabajar «juntas para mantener la paz en los mares», que «las naciones deben usar las consultas para resolver los problemas en lugar de promover el uso de la fuerza o de realizar amenazas», y pidió «mejorar los mecanismos de gestión de crisis y llegar a acuerdos para resolver las disputas marítimas». El presidente de China. Grandes cambios Cuando el presidente chino Xi Jinping llegó al poder en 2013, empezó a realizar una profunda transformación de sus Fuerzas Armadas para adecuarlas a las nuevas prioridades y hacer de China una potencia militar de primer orden. Entre estos cambios resaltó el recorte de 300.000 soldados en sus filas, para ahorrar dinero en personal e incrementarlo en nuevas tecnologías y mayor innovación, con el fin de modernizar sus Fuerzas Armadas, sobre todo las navales, las aéreas y las de misiles. Lo que supuso una importante reducción cuantitativa a la vez que un incremento cualitativo en efectividad y operatividad. En la misma línea, en el año 2015, el proceso de reformas se aceleró cuando Xi Jinping ordenó que se llevara a cabo una profunda reestructuración de las Fuerzas Armadas, la más drástica de los últimos 30 años, para convertirlas en unas fuerzas a la vez más profesionales y más letales, capaces de ganar duras guerras informáticas. En octubre del año 2017, en su discurso pronunciado durante el 19.º Congreso del Partido Comunista, cuando renovó su mandato por cinco años más, para las Fuerzas Armadas fijó tres metas. Primera: el Ejército Popular de Liberación (EPL) debía transformarse en una fuerza mecanizada de gran capacidad tanto estratégica como tecnológica para el año 2020. Segunda: dicho ejército debía de estar totalmente modernizado en el año 2035. Y tercera: hacia el año 2050, las Fuerzas Armadas chinas deberán constituir una de las más grandes y poderosas fuerzas mundiales, para convertir a su país en «un líder global en cuanto a fortaleza nacional e influencia internacional». De esta manera, China está entrando en una nueva era, en la que está dispuesta a ocupar el papel de protagonista que, de acuerdo con su presidente, le corresponde a nivel mundial, convirtiéndose en un referente que busca abrir camino a sus empresas, y al mismo tiempo trata de dar legitimidad a su forma de gobierno. Xi Jinping mueve los hilos para conseguir estos propósitos, y lo está consiguiendo por su forma de actuación inteligente y decidida, ayudada 760 Noviembre


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