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FOTOGRAFÍAS CON HISTORIAS Camino de entrada de El Caney en 1898, donde se encontraban algunas fuerzas de la Armada. «A las nueve y media de la mañana del 1.º de julio, empezaron a oírse desde el destacamento de Jesús María repetidas descargas de fusilería por la parte de los antedichos destacamentos, siguiendo el fuego hasta altas horas de la tarde. A las cinco y media de esta, recibían orden las compañías que habían acampado en los destacamentos de incorporarse con las que formaban las avanzadas en las trincheras con nuestro Jefe, quedando tan solo en el citado destacamento una sección de nuestro buque custodiando la ambulancia.» Y posteriormente añade, refiriéndose a los que acompañaron a Bustamante a la defensa de las Lomas: «De los cuarenta hombres, solo le quedaron ilesos diez. Los demás estaban muertos o heridos de bala explosiva, los más gravemente » (9). Analicemos este relato con más profundidad. Una vez defendidas las Lomas de San Juan con el mayor heroísmo por parte de las compañías del Ejército de Tierra, el general Linares, que se encontraba en la segunda línea de defensa en la loma derecha de Canosa con solo 50 hombres, ordenó al coronel de Ingenieros D. C. Caula y Villar que fuera a la plaza a por refuerzos, regresando con una compañía de Marinería de la Escuadra mandada por el capitán (9) BENÍTEZ FRANCÉS, Tomás (1898): «El manuscrito de un combate o el 3 de julio desde el Vizcaya», El Correo Gallego, pp. 132-133. 706 Noviembre


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