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TEMAS PROFESIONALES En ese sentido, la nueva estrategia naval rusa tiene poco que ver con la de una marina de guerra con vocación de defensa de sus líneas de comunicaciones. Probablemente esto se deba a la autosuficiencia energética rusa y a que buena parte de sus exportaciones de crudo suelen realizarse a través de gasoductos y oleoductos. Por su lado, las exportaciones de manufacturas son relativamente escasas. Es decir, la estructura de su economía tiene poco que ver con la china. En realidad, los rusos están potenciando sus capacidades de ataque contra objetivos navales enemigos… y también contra objetivos ubicados en tierra firme. Lo plantean en términos disuasorios. Con esta filosofía, los buques son lo de menos. Entiéndase bien: son imprescindibles, pero su sentido acaba siendo el de portar y lanzar ingenios dirigidos (torpedos y/o misiles) de largo alcance. Aunque el arsenal ruso es variado, merecen especial atención los misiles de crucero Kalibr, por su alcance, de unos 2.000-2.500 km, así como por su velocidad de aproximación al objetivo (superior a Mach 2), mientras que su sistema de guía es el GLONASS. Pueden ser útiles como misiles antibuque (6) y ése es un rol muy interesante en un Ártico en fase de deshielo. Pero se trata de misiles optimizados para el ataque a objetivos terrestres, que ya han sido probados con éxito en Siria (a partir de 2015). Lo mismo podría acontecer con Alaska, en caso de necesidad. Juegan, en definitiva, un rol similar al de los Tomahawk. Lo interesante es que los Kalibr dotan a buques de escaso porte. Buques pertenecientes a una nueva generación de unidades llamadas a sustituir a la añeja flota heredada de la URSS. Los rusos están intercambiando tonelaje por número de buques. Pensemos en las corbetas Buyan (de 75 m; previstas 15) y Karakurt (de 67 m; previstas 18). Mientras que las fragatas Steregushchiy (de 105 m; previstas 24) también son susceptibles de embarcarlo, aunque de momento operen con el SS-N-25 (130-200 km de alcance). En definitiva, el hecho de que los Kalibr puedan ser lanzados desde plataformas relativamente pequeñas permite a Rusia disponer de un número mucho más relevante de «baterías móviles» que si —como sucedía antaño— los ingenios de mayor alcance solo dotaran a los cruceros o grandes destructores, mucho menos numerosos, por razones de coste. Así que estas corbetas dotan a las Fuerzas Armadas rusas de una gran flexibilidad, siendo difícilmente anulables por cualquier rival dada su movilidad y dispersión. (6) Serían útiles para atacar a TF lideradas por alguno de los grandes CVN de la US Navy, ya que con ese alcance podrían ser lanzados antes de que el buque portador quedara dentro del radio de acción de la aviación embarcada estadounidense. Todo ello sin perjuicio de que se exploten las capacidades de los F/A-18F para operar como reabastecedores de otros aparatos similares (incluso han sido probados como nodrizas de F-35C —con susto incluido—), para de ese modo minimizar el problema. 2019 739


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