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PAÑOL DEL ESPAÑOL (Limpia..., fija... y da esplendor) LA MADERA DE BOLONDO, ¿SE VA O NO SE VA AL FONDO? Hace unos meses anoté en la agenda: «madera de bolondo: la que se va al fondo». Pero mejor debiera haber escrito que lo garabateé porque, cuando seis días atrás empecé con esta colaboración para el Pañol del español, me las vi y me las deseé a la hora de reconocer mi propia letra. No solo tengo la costumbre de apuntar todo lo que me llama la atención sobre palabras o frases de nuestro idioma, sino que también suelo reflejar la fuente donde las encuentro. Sin embargo, en esta ocasión no lo hice. Así pues, aunque estoy absolutamente convencido de que en algún sitio leí eso de que la madera de bolondo se va al fondo, no puedo recordar dónde, y llevo varios días buscando en libros, enciclopedias y montones de páginas de internet que hablan de las propiedades de las maderas y cosas de semejante Estar en el fondo es un buen sitio para empezar. Alex Dey enjundia, sin éxito, porque en ningún lugar me he topado con la susodicha frase o una parecida. Y es que, paciente lector, no me negará que la rima consonante que relaciona bolondo con fondo es llamativa y hasta sorprendente pues si, además, en realidad esa madera no flota, es un fenómeno cuando menos curioso. Porque es indudable que un árbol flota en el agua, y mucho más en la mar, debido a la salinidad, ¿verdad? Pues no, lamento negar la mayor. No todas las maderas flotan. Y reconozco que yo también lo creía hasta hace unos días, pero tengo que afirmar rotundamente que hay árboles que se hunden porque son más densos que el agua. Permítame un somero análisis para sustentar esto sobre un principio de la Física aplicable al caso. 2019 1005


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