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Sobre utilizado en la exposición filatélica «Homenaje a la Marina de Guerra» celebrada en Vigo el 8 y 9 de julio de 1989. En el matasellos aparecen las siluetas del destructor Méndez Núñez y la fragata Numancia. (Colección Marcelino González). no con toda su escuadra: fragata blindada Numancia con su insignia, fragatas de vapor y hélice Almansa, Berenguela, Blanca, Resolución y villa de Madrid, y corbeta de vapor y hélice vencedora. Con todos ellos se enfrentó a las potentes baterías de costa peruanas en un duro combate, en el que por parte española estaba uno de los mejores barcos de aquellos tiempos, la Numancia, y por parte peruana se encontraban algunos de los mejores cañones de la época, de ánima rayada y 300 y 500 libras de calibre. El cañoneo empezó al mediodía y finalizó hacia las 5 de la tarde, en que los barcos se retiraron a la cercana isla de San Lorenzo a reparar, restañar las heridas y enterrar los 43 muertos habidos durante el combate. Finalizadas las operaciones, el 11 de mayo Méndez Núñez se dirigió a Río de Janeiro con parte de la escuadra, formada por las fragatas Almansa, Resolución, Blanca y villa de Madrid. Pasó el Cabo de Hornos y llegó a Río de Janeiro el 21 de junio. En Río permaneció con las fragatas Almansa, Concepción y Navas de Tolosa, con las que efectuó varias salidas, hasta que el 15 de diciembre de 1868 regresó a Cádiz. Por su actuación en el Pacífico ascendió a jefe de escuadra, fue condecorado con la Gran Cruz de Carlos III, recibió muchas felicitaciones y cartas de agradecimiento por sus acciones —entre ellas una autógrafa de la Reina, de fecha 9 de julio de 1866, en la que le daba las gracias por su actuación en El Callao—, y mereció el reconocimiento y admiración de todos los que fueron testigos de sus acciones y de los que las estudiaron más tarde. El mando de la Numancia durante la travesía del Atlántico y las primeras fases de la Guerra del Pacífico, y el haber sido su buque insignia durante los momentos culminantes de dicha guerra, hicieron que las imágenes y los recuerdos de la fragata blindada y de Méndez Núñez hayan quedado ligados para la posteridad, por lo que cuando se habla de uno de ellos —barco o marino—, siempre se evoca al otro. Así lo demuestran con frecuencia las muestras filatélicas dedicada a uno u otro, y los sobres y matasellos utilizados durante dichas exposiciones. Tras la Guerra del Pacífico A su regreso se vivía en España una convulsa época debida a la Revolución de 1868 que había supuesto el destronamiento de Isabel II, en la que unos y otros intentaron atraer a Méndez Núñez a sus filas sin éxito. Y LA MAR EN LA FILATELIA 1024 Diciembre


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