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228 JESÚS MARTÍNEZ DE MERLO la ligera mejoría del tiempo. Los servicios de espionaje del almirante Canaris se habían hecho con el significado de los famosos versos de Verlaine, cuya primera parte ya se escuchaba en las radios desde el día 1. Sin embargo al observar el mal tiempo pensaron que algún optimista se había adelantado. Parece que el general Marcks había dicho a su ayudante: “Si conozco bien a los ingleses, irán a misa el domingo, embarcarán y estarán aquí 48 horas más tarde”. No se equivocaba mucho... curiosamente era la fecha de su cumpleaños.51 Rommel, que en una conferencia había manifestado “no pensarán ustedes que el enemigo vendrá de día y con buen tiempo”, salía para Alemania contradiciéndose a sí mismo aprovechando las predicciones aunque ya sabía que se estaba radiando la primera parte del mensaje. Iba a Ulm al 50º cumpleaños de su esposa. Hay fuentes que indican que quería además una entrevista con Hitler para pedirle otras dos divisiones acorazadas, aunque tenemos nuestras reservas sobre este asunto. No sabemos si tenía esa competencia ni para quien las pedía, si para el OB-West o para su GE.B. Quizá se refiriese al regreso de las 9ª y 10ª SS que fueron enviadas en abril al frente oriental. Pero Hitler estaba en Berghof lo que iba a requerir probablemente otras 48 horas de ausencia de La Roche Guyon, lo que nos hace dudar de esta entrevista. Nadie daba por hecho que en aquella semana pudiera darse la invasión. El lunes 5 el coronel general Dollman había planeado unos ejercicios de cuadros en Rennes con la mayoría de sus mandos finalizando a media tarde. El general Falley, comandante de la 91ª división, debió salir pasadas las diez de la noche ya que fue abatido sobre las dos de la madrugada por paracaidistas de la 84ª división junto a su puesto de mando en Picauville. Los aliados llegan A la caída de la noche del día 5 se escuchó la segunda parte del mensaje. Aun así la respuesta fue tibia. En algunas unidades se dio la alerta, en otras no y las más retrasadas no se lo creyeron nunca. Speidel, jefe de estado mayor del GE. B, tenía visita y antes de ir a descansar recibió los primeros mensajes de desembarcos paracaidistas. Procedían de más de 1.200 aviones que habían salido al anochecer del día cinco. Unos saltaron en paracaídas y otros aterrizaron en planeadores. Los primeros los del comando británico que se hizo con el puente Pegaso a la una de la madrugada. Sus compañeros paracaidistas avanzaron hacia la batería de Merville. Tras dura lucha comprobaron que no era una batería costera con cañones del 150 sino una simple batería divisionaria del 100. 51 LUCK Hans von. Panzer Comander. Praeger PublisHers. 1991. Pág.169. Revista de Historia Militar, 126 (2019), pp. 228-256. ISSN: 0482-5748


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