LA DESAMORTIZACIÓN EN EL ÁMBITO MILITAR: LA VENTA DE... 263 iban siendo engullidos por el crecimiento urbano. Entre los factores que desencadenaron esta propensión, sin duda hay que considerar el incremento de la capacidad y potencia de las nuevas armas de fuego, con piezas de artillería cada vez más potentes que hacían inútiles los recintos amurallados como forma de defensa de las ciudades, así como la propia conveniencia del despliegue militar en áreas urbanas, que aconsejaba sacar los cuarteles del centro de las ciudades y llevarlos hacia el extrarradio para defenderlas, en su caso, o para trasladar las tropas con mayor rapidez a las zonas de despliegue más favorables en función de la estrategia de defensa o ataque que Revista de Historia Militar, 126 (2019), pp. 263-298. ISSN: 0482-5748 conviniera al conflicto. También influyó de manera rotunda la preocupación por la higiene urbana y la salubridad en los acuartelamientos, a los que se consideraba elementos de foco y propagación de ciertas enfermedades. Especialmente en España hay que referirse a las epidemias de cólera morbo que afectaron a extensas zonas de la península, tristemente recordadas por los brotes de 1834 y por la gran epidemia de 1853-1855. Pero sin duda el elemento más importante fue el factor económico. La presión demográfica en las ciudades producida por el desarrollo industrial que hacía que ingentes masas de población migraran del campo a la ciudad, hizo que se creara una gran demanda de suelo urbano, necesario para incrementar la dotación de nuevas viviendas y para crear espacios para las nuevas fábricas que traía la revolución industrial. De esa forma, las grandes extensiones de terrenos de los acuartelamientos, campos de instrucción e infraestructuras militares se convirtieron en una mercancía valiosa demandada por el crecimiento urbano. Estos factores actuaron de distinta forma, en unos casos contribuyendo a crear una opinión favorable al abandono de las instalaciones militares ubicadas en entornos urbanos y, en otros, ejerciendo una intensa presión social y política sobre los responsables civiles y militares que precipitaron este abandono. La conjunción de estos factores se convirtió en verdaderos incentivos que, además, interactuaron entre ellos, provocando la salida de una parte de los acuartelamientos hacia áreas externas al núcleo urbano y, a su vez, la construcción de nuevas infraestructuras para usos de la defensa. Todo ello generó una intensa y muy notable transformación urbana y modificó la fisonomía de muchas ciudades, desencadenando un proceso de crecimiento urbano que ha dejado huella en muchos puntos de la geografía española, en los que estos terrenos militares se convirtieron en el principal aliado de los planes de ensanche de las ciudades. De la lectura de estas investigaciones se concluye que todos estos procesos de demolición de fortificaciones e integración urbanística de los
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