EL ARENAL DE DONIÑOS Y LA DEFENSA DE FERROL... 47 el litoral peninsular. Ferrol fue elegida como capital del Departamento del Norte. Su sector comprendía desde el puerto de Pasajes hasta el río Miño. Esta medida se acompañó de otra de no menor importancia como fue la determinación de construir un gran arsenal de la Armada en la pequeña localidad de La Graña, muy próxima a Ferrol. Estas dos decisiones cambiaron radicalmente las necesidades defensivas y la concepción estratégica en este sector de la costa gallega. Desde entonces, la protección del arsenal que se estaba construyendo en Ferrol se convirtió en una cuestión prioritaria, por lo cual, al mismo tiempo que avanzaban sus obras, se dedicaron importantes recursos a las labores de fortificación y defensa de la plaza y su ría. En éstas labores se implicaron diversas secretarías de la administración borbónica, entre las que destaca la de Guerra. Dentro de ésta, fue de vital importancia el papel desempeñado por los miembros del Real Cuerpo de Ingenieros, encargados de realizar estudios previos, proyectos, diseños, planes de defensa y una interminable relación de actividades encaminadas a un único objetivo: la defensa del arsenal y de su entorno inmediato. Este cuerpo, creado como tal en 1711, se encontraba presente en Galicia mediante un órgano rector, la Dirección de Ingenieros, bajo el mando de un ingeniero en jefe o ingeniero director que dependía directamente del capitán general de Galicia, ambos con residencia en La Coruña. El territorio administrado por la Dirección de Ingenieros se subdividía en distritos (uno de ellos era el de Ferrol) cuyo mando ostentaba un ingeniero en segundo. Estos mandos de segundo nivel solían remitir regularmente informes sobre las necesidades existentes en su ámbito de competencia aunque era, finalmente, el ingeniero director quien tenía la potestad, si lo estimaba oportuno, de hacerlos suyos o corregirlos para su tramitación reglamentaria. A través de estos informes y memorias se observa una progresión paulatina en cuanto al ámbito territorial de la defensa. Las primeras propuestas se centraron en la defensa inmediata de la plaza, del arsenal y de los tres castillos citados pero desde 1739 comenzó a prestarse mayor atención a la costa exterior de Ferrol2. Esta se encontraba prácticamente indefensa a pesar de contar con amplias playas susceptibles de sufrir un desembarco enemigo para intentar sorprender por tierra a la plaza. La ausencia de puntos fortificados en este sector de la costa se justificaba, en parte, por su orografía abrupta y sus fuertes oleajes que se constituían en auténticas defensas naturales y que se presentaban como elementos 2 Se conocía con este nombre el sector de la costa comprendido entre el cabo Prioriño, en la embocadura de la ría de Ferrol, hasta los puertos de Cedeira y Ribadeo. Revista de Historia Militar, 126 (2019), pp. 47-90. ISSN: 0482-5748
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