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DOCUMENTO Transcripción Se da alguna idea del Puerto de San Blas El haber sido el puerto de San Blas el lugar destinado para la construcción de muchos buques del Rey, para la habilitación de importantes expediciones, ser el único Departamento en el mar Pacífico, y en fin en que se han consumido excesivos caudales, son motivos, que nos obligan a dar alguna idea de sus circunstancias, al paso que estas por muy malas nos sustraerían hablar de él. Antes de dar noticia de las causas que hicieron formalizar el Departamento, y de las expediciones dirigidas ya por oficiales de la Marina a más dilatados reconocimientos de la costa NO con más auxilios, que hasta entonces se habían proporcionado, diremos por qué se construyeron en sus inmediaciones las primeras embarcaciones del Rey, trataremos de la población de San Blas, de las circunstancias del terreno, astillero, pertrechos, provisiones, etc. La abundancia de buenas maderas, y en particular de cedros excelentes llamaron la atención hacia el río de Santiago distante del puerto de San Blas menos de 12 leguas para poner en sus márgenes las quillas, para dos paquebotes pequeños y dos goletas, que quedaron finalizados en un año, y debían servir a los proyectos y cumplimiento de las órdenes, que llevó el ilustrísimo Sr. D. José de Gálvez en la visita que hizo a las provincias internas y a la California en el año de 1766. Satisfecho el gobierno de Méjico con haber encontrado en el río de Santiago tan abundantes y exquisitas maderas para la construcción resolvió mandar que repoblase el lugar más inmediato que pudiese servir de puerto, para que en él se hicieren los depósitos necesarios, para la habilitación de las embarcaciones, que era preciso despachar todos los años para el auxilio de los presidios y misiones y reconocimiento de la costa y entonces sin atender a otra cosa se eligió el de San Blas. No bastaba para conducir pobladores a este sitio ni el repartimiento de tierras, ni la promesa de suministrarles alimentos, no otras granjerías, que eran prometidas a los que se atreviesen a probar los rigores del aquel inicuo suelo. El gobierno de Méjico destinó delincuentes sentenciados a presidio, para que allí purgasen sus delitos. Y mandó que un cierto número de individuos de maestranza y marinería, pasasen de Veracruz a aquel establecimiento. Mueve a grande compasión la memoria de los muchos que se sacrificaron para erigir el Departamento sin puerto, y el pueblo inhabitables de San Blas, las maléficas influencias del clima y el rigor de la horrorosa multitud de mosquitos que allí se crían, operaban de acuerdo a la destrucción de aquellos infelices primeros pobladores, alojados en unas humildes chozas de zacate sobre un suelo pantanoso y hediondo. Fue preciso que pasasen algunos años y que muriesen muchas personas para que se resolviese formar la población sobre un cerro pequeño, que había en las inmediaciones llamado Basilio. Se allanó algo su cumbre, se armaron 116 REVISTA DE HISTORIA NAVAL Núm. 147


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