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154 GUILLERMO CALLEJA LEAL Mientras ese suceso se desarrollaba manifestándose por actos de fuerza de los sediciosos, necesario era extremar las medidas de rigor sin consultar extensas justificaciones ni otra cosa alguna que pudiera entorpecer lo rápido y enérgico de la represión; pero desde el punto mismo en que se halla la insurrección totalmente sofocada en casi todas las provincias de Luzón, es de todo punto preciso, por altas consideraciones políticas y de gobierno, cambiar el sistema de corrección, informando el que se adopte en el sentido de la mayor templanza y moderación y el espíritu de atracción , porque solo por estos rumbos se podrá obtener de una parte justificación y ejemplaridad en los castigos que se impongan, y de otra y más importantísima parte el hacer que renazca en los pueblos la tranquilidad que tienen perdida, además de otras causas, por los temores de castigos desacertados, y el que se inicie un movimiento de segregación hacia la causa de la patria por parte de aquellos que puedan sentirse inclinados a la rebelión por tibieza u otros motivos… (debe) inculcar además en el ánimo del vecindario la seguridad de que no han de dictarse represiones no justificadas, y la de que el propósito del gobierno es la de mayor indulgencia respeto a todos aquellos que sin haber intervenido activa y gravemente en la rebelión, muestren arrepentimiento o una leal adhesión”.133 El día 14 se descubrió que estuvieron a punto de sublevarse las tropas indígenas del Regimiento de Infantería Legazpi nº 68, que estaba de guarnición en la isla de Joló y era el de mayor tradición y antigüedad del Archipiélago. Con la complicidad de cabos y sargentos, una buena parte de su tropa se había juramentado para degollar a sus jefes y oficiales, que eran españoles. Pero al día siguiente, 20 soldados del Regimiento Magallanes nº 70, que prestaban servicio en uno de los polvorines de las inmediaciones de Manila, asesinaron al sargento y al cabo que los mandaban y desertaron con todas las cajas de municiones que pudieron transportar y llevarse.134 Resulta fácil comprender cómo tales sucesos y otros similares, en su mayoría causaron pánico entre los residentes españoles, sobre todo en el vecindario de Manila. Sobre todo porque la información sobre las sublevaciones de tropas indígenas era muy incierta y llegó a correr la voz de que los batallones indígenas se estaban sublevando en masa y estaban degollando a todos cuanto españoles hallaban. Con el fin de afrontar la situación, Blanco concentró sus fuerzas disponibles en Manila y Cavite, sus plazas principales, a cuya defensa destinó los recién desembarcados batallones expedicionarios. El día 30 telegrafió al 133 “98. Filipinas”. Ob. cit., pp. 49-50. 134 PUELL DE LA VILLA, Fernando: El Ejército Español en Filipinas. Ob. cit. TOGORES SÁNCHEZ, Luis: Ob. cit. p. 18. Revista de Historia Militar, II extraordinario de 2019, pp. 154-206. ISSN: 0482-5748


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