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LA GUERRA HISPANO-FILIPINA, 1896-1897 159 extensión de la Insurrección Tagala por todo el Archipiélago y con 70.000 insurrectos tagalos en armas; su supuesta falta de energía, muy severamente criticada; y sobre todo su insistencia en dar mayor protagonismo a las unidades indígenas. Cánovas no quiso dar publicidad al cese de Blanco, pero decidió que fuera el general Camilo García de Polavieja y Castillo, un ex capitán general de Cuba (20/08/1890 a 20/06/1892) quien se hiciera cargo de las operaciones militares contra la Insurrección Tagala y el envío de otros 10.000 soldados al Archipiélago, y poco después del mando de la Capitanía General de Filipinas. El 3 de diciembre de 1896 arribó al puerto de Manila el vapor Alfonso XIII, en el que viajaba el general Camilo García de Polavieja y Castillo, quien tomó el mando días después, el 13 del mismo mes. A su llegada la situación no era nada fácil, ya que la revolución habría cobrado gran fuerza durante el mando del general Blanco y los insurrectos dominaban casi por completo las provincias de Manila, Cavite, Bulacán, Nueva Écija, Morong, La Laguna y Batangas. Además, había partidas importantes rebeldes en las provincias de Zambales, Tarlac y Pampanga. Como vimos, por instigación y mal aconsejado por las órdenes religiosas, entre las primeras actuaciones de Polavieja y una de las más cuestionadas fue la detención de Rizal, que se dirigía a Cuba como médico voluntario del Ejército al estar allí en guerra, y la del 26 de diciembre al convocar el Consejo de Guerra presidido por el teniente coronel de Caballería José Togores para juzgarle bajo la acusación asociación ilícita y de sedición incitando a la rebelión. Como quedó antes reseñado, el Consejo de Guerra dictaminó su fusilamiento público el 30 de diciembre en el parque Bagumbayan (hoy Parque Rizal) en Manila. FUERZAS DE GUARNICIÓN El Katipunan no era en realidad un gobierno unificado, sino una confederación de Consejos (Sanggunian), más o menos próximos entre sí, de los que se esperaba que siguieran las directrices políticas y militares del Katipunan de Manila bajo la autoridad del Supremo, que era el revolucionario Andrés Bonifacio y de Castro, aunque no estaban obligados a hacerlo. Un fenómeno bastante análogo a los numerosos grupos guerrilleros locales que se habían enfrentado a Napoleón en nuestra pasada Guerra de la Independencia (1808-1814). De este modo, el cabecilla tagalo local Canuto Villanueva y algunos miembros del Katipunan proclamaron la Revista de Historia Militar, II extraordinario de 2019, pp. 159-206. ISSN: 0482-5748


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