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LA GUERRA HISPANO-FILIPINA, 1896-1897 171 de los insurrectos, se estimó que fueron unas 500 en total; y además, se rindieron miles de rebeldes.153 Todavía quedaban diez meses de dura campaña. En la madrugada del día 22 se levantó una densa niebla sobre Silang y los tagalos la aprovecharon para intentar reconquistar el poblado con un fuerte ataque que fue rechazado. Las bajas en las tropas españolas fueron 4 soldados muertos y 21 heridos; por unas 400 bajas entre los tagalos. El día 23 se dedicó al necesario reabastecimiento de todo lo necesario. En municiones se habían disparado 105 tiros de artillería y 24.811 de fusilería. En conclusión, entre el 16 y el 23 de febrero de 1897 los insurrectos fueron continuamente vencidos en la provincia de Cavite, por lo que su caudillo tagalo Emilio Aguinaldo se retiró a Imus y su jefe Andrés Bonifacio huyó a Naic. Pero a pesar de las derrotas continuas de los insurrectos, la rebelión seguía siendo muy fuerte en Tondo, Silang, Dasmariñas y Zapote. El día 24 a las 7:00 horas partieron las fuerzas divisionarias de Lachambre continuando a través de la provincia de Cavite en dirección hacia Imus, tomando el camino que iba a Pérez-Dasmariñas. Dasmariñas, segundo pueblo de la provincia de Cavite, se dedicaba a la agricultura y estaba comunicado con la no lejana Imus a través de un camino de carros, su posesión tenía enorme importancia y su guarnición era de unos 5.000 insurrectos tagalos. El avance de la División Lachambre se realizó al amparo de cañones de gran calibre que batieron con facilidad al enemigo; pero luego, los tagalos opusieron una fuerte y dura resistencia y las fuerzas españolas tuvieron que conquistar a bayonetazos barrio por barrio y casa por casa. Aunque los tagalos habían enterrado 11 granadas de gran calibre junto a la iglesia, no lograron hacerlas estallar. El día 25, al término de los combates en Dasmariñas, se realizó el recuento de las bajas de los divisionarios y se comprobó que esta acción militar había resultado muy costosa: 21 muertos, 111 heridos y 10 contusos. En cuanto a los insurrectos, éstos tuvieron más de 400 bajas, entre las que figuró el cabecilla tagalo Felipe García.154 Aquel mismo día hubo disturbios en Manila, pero fueron sofocados.155 153  “98. Filipinas”. Ob. cit., p. 65. Bajas españolas. 8 muertos: capitán Jaén, teniente Martínez y 6 de tropa; 41 heridos: comandante Rodríguez Navas, capitán Maquieira, teniente Coll y 37 de tropa; 19 contusos: coronel Ortíz, capitán Fernández de castro y 17 de tropa; y 1 desaparecido de tropa. 154  Ibidem. Bajas españolas. 21 muertos: el capitán Berniz y 20 de tropa; 111 heridos: comandantes Carpio y Sáez de Tejada; los capitanes Ibáñez y Castán; los tenientes Macías, Carrión, Salafranca, y Giralt de Infantería, Velasco de Caballería y Sandrás de Artillería y 101 de tropa; y 10 contusos entre clases y tropa. 155 Mientras se procedía a estas operaciones, en el mismo día 25 estallaron disturbios en Manila, al sublevarse un grupo de carabineros indígenas que hirieron al teniente peninsular José Antonio Rodríguez y mataron al teniente coronel Fierro y al sargento Miguel Lozano, también peninsulares. Pero fácilmente fueron vencidos. TOGORES SÁNCHEZ, Luis: Ob. cit. p. 21. Revista de Historia Militar, II extraordinario de 2019, pp. 171-206. ISSN: 0482-5748


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