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ORIGEN DE LA PRESENCIA ESPAÑOLA EN FILIPINAS 17 Las más valiosas, como la pimienta, el clavo, el azafrán la vainilla o la canela eran conocidas en Europa desde los tiempos del esplendor de Grecia primero y de Roma después, aunque alcanzaron su mayor popularidad en el Renacimiento, no sólo como condimento, sino también como ayuda digestiva y para disimular con el paso de los días el deterioro de los alimentos. Algunas especias también se usaban para la destilación de aceites esenciales usados en perfumes, como el aloe, el ruibarbo, el ámbar, el almizcle, el sándalo o el alcanfor. Lo laborioso de su obtención y los altos impuestos a los que estaban sometidas hicieron que en algunas épocas llegaran a alcanzar un precio parejo al oro. Un saquito de pimienta o clavo podía representar el sueldo de toda una vida de un artesano o un orfebre, de forma que los grandes reinos europeos pusieron sus ojos en ellas como moneda de alto valor a la hora de tratar de expandirse comercialmente. Para obtener los frutos de mejor calidad, las semillas de las especias deben plantarse en el monte bajo, preferiblemente en islas volcánicas, ya que de ese modo el tronco del árbol o los arbustos en que crecerán, se verán ceñidos por la humedad de la niebla, condiciones que se consiguen de manera extraordinaria en un ramillete de islas del Índico, en la actual Indonesia, de entre las que destacan principalmente cinco: Tidore, Ternate, Mutir, Bachan y Machan, que conforman un archipiélago conocido como las Molucas.y que por derivación de su nombre original (Maluku), se conocía también como “El Maluco”, “el Moluco” o “la Especiería”. En el primer cuarto del siglo XVI estas islas constituyeron el objetivo principal de portugueses y castellanos con idea de hacerse con el rico fruto de las especias que crecían en sus privilegiadas tierras. Tres sucesos de especial relevancia jalonaron el transcurso del siglo XV hasta llegar a abrir el tercero de los periodos en que hemos dividido convencionalmente la historia universal: la Edad Moderna. Cronológicamente estos sucesos fueron la caída de Constantinopla, la aparición de la imprenta y el descubrimiento de América. Los tres tuvieron que ver con el origen de la presencia española en el océano Pacífico, y por ende, en Filipinas. La toma de Constantinopla en 1453 por el sultán Mehmed II supuso el fin del imperio bizantino y el establecimiento del otomano hasta el fin de la I Guerra Mundial. Sometido al férreo control de los nuevos dueños de los accesos a Europa desde Asia, el tráfico comercial desde ese continente quedó prácticamente paralizado y lo poco que entraba en Europa se encareció hasta alcanzar precios imposibles. Los principales países europeos llegaron a la conclusión de que lo que no llegaba por tierra tendrían que ir a buscarlo por el mar, un elemento en el que dos países europeos sobresalían por encima de los demás: Portugal y Castilla. Revista de Historia Militar, II extraordinario de 2019, pp. 17-46. ISSN: 0482-5748


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