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INTERVENCIÓN MILITAR DE LOS ESTADOS UNIDOS EN FILIPINAS... 229 mente por acción u omisión de cuidados de sus compatriotas rebeldes, que los considerarían como colaboracionistas, o que aparezcan como “muertos” algunos desertores. En cuanto a los vencedores, anotaron 25 impactos españoles en sus barcos: 13 en el Olympia, 5 en el Baltimore, otros tantos en el Boston y uno en el Raleigh y Petrel, quedando intacto el Concord. Por lo general se trataba de proyectiles de calibres ligeros, lo que prueba nuevamente que las distancias de combate eran perfectamente salvables por los cañones españoles. Pero no se podía esperar que los pequeños proyectiles causaran graves daños en buques grandes. Ahora bien, que los cruceros americanos no eran invulnerables en modo alguno, lo mostró uno de los pocos impactos de 12 cm que alcanzó su objetivo. La granada, pese a no estallar, atravesó de parte a parte al Baltimore, el segundo buque en tamaño y protección de la escuadra, rebotó extrañamente en la cubierta protectriz y volvió a atravesar el buque, saliendo por la misma banda por la que había entrado, averiando un cañón de 152 mm y otro ligero, haciendo estallar una caja de municiones de artillería ligera e hiriendo a nueve hombres, entre ellos dos oficiales. La doble trayectoria prueba además que el proyectil tenía energía más que suficiente y no estaba en el límite de su alcance. El crucero debió tener averías no bien localizadas por éste u otro de los cinco proyectiles que le alcanzaron, pues se vió desde Manila cómo era escorado por su tripulación tras el combate para efectuar reconocimientos y reparaciones, y pese a ser el último salido del dique seco de Hong Kong antes de la guerra, después de ella fue el primero en efectuar nuevas reparaciones. El Boston, por su parte, recibió varios impactos en cubierta y en uno de los mästiles, que causaron un incendio a consecuencia del cual se quedó sin ningún bote utilizable. Pero el total de blancos obtenidos por los españoles resulta algo bajo para dos horas de fuego, en las que sólo los cañones de calibre medio debieron realizar entre todos unos seiscientos disparos, incluso aunque sólo dispararan veinte tiros por pieza, cantidad inferior incluso a la que lograron disparar los buques de Cervera. Con un muy modesto 2% de blancos, hubieran obtenido un total de una docena de impactos de dicho calibre, lo que estuvieron muy lejos de conseguir, y ya hemos visto lo que podía hacer una de ellas aunque no explotara. Las razones para esta mala puntería, pese a que en algún artículo escrito por entonces que no se basaba en datos, sino en deducciones teóricas, se defendía lo contrario, son la falta de personal adecuado, el no realizar prácticas de tiro o centrarlo con referencias antes del combate, Revista de Historia Militar, II extraordinario de 2019, pp. 229-252. ISSN: 0482-5748


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