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256 LÓPEZ DE LA ASUNCIÓN y LEIVA RAMÍREZ calidad, padre Cándido Gómez-Carreño, también cayó en manos enemigas. Entre los que consiguieron repeler el ataque hubo que lamentar 15 heridos –algunos de muy grave pronóstico– que tuvieron la fortuna de recibir la visita del médico del transporte Manila llegado providencialmente la mañana siguiente al ataque a las costas de Baler. Entre los supervivientes de este primer ataque se encuentran nada menos que 123 de los soldados que mantendrían el famoso sitio de 337 días de duración. La fuerza y varios marineros desembarcados del vapor mantuvieron el primer sitio de Baler bajo las órdenes del capitán López Irisarri en el interior del templo hasta la llegada de refuerzos el día 17 del mismo mes. Ese día llegó a Baler a bordo del Cebú el destacamento del capitán Roldán para relevar a los supervivientes del destacamento Motta. El capitán Jesús Roldán Maizonada quedó como jefe interino de la comandancia político-militar y permaneció como jefe del destacamento compuesto por dos tenientes y 103 soldados. Entre los componentes del nuevo destacamento llegaba el cazador Timoteo López Lario, otro de los soldados que posteriormente mantendrían el tercer asedio. Varios fueron en estas semanas los encuentros entre el destacamento y los insurgentes. Si bien, el 14 de diciembre de 1897 se firma la Paz de Biak-na-bató que ponía fin a la insurgencia y ya sus líderes habían abandonado el país el 23 del mismo mes rumbo a Hong-Kong, en aquel pueblo aislado nadie parecía enterarse de que la guerra se había terminado. El martes 11 de enero, mientras el teniente Lamela efectuaba una descubierta al mando de 20 soldados, se vio sorprendido por una emboscada. Un nutrido fuego acompañado de una lluvia de flechas recibió la llegada de la partida española, resultando heridos el propio teniente y 14 soldados, seis de ellos de carácter grave. Uno de los heridos sería el soldado Timoteo López Lario. Aunque los españoles tuvieron que lamentar dos muertos, consiguieron replegarse y refugiarse en la iglesia. Los hombres de Novicio lograron rodearla, dando así comienzo desde ese momento al segundo asedio a la iglesia de Baler. El 16, llegó el vapor Compañía de Filipinas para desembarcar provisiones sin conocer la situación. Aunque fue imposible efectuar la maniobra por el acoso de los insurrectos, Roldán pudo informar mediante el capitán del vapor de su delicada situación al capitán general de las islas. En respuesta y con la misión de levantar el asedio se formó en Pantabangán una columna compuesta de 400 efectivos bajo al mando del coman- 3 Los soldados del destacamento Motta que posteriormente regresarían a Baler son Marcelo Adrián Obregón, Miguel Méndez Santos, Rafael de San Quintino Alonso Mederos, Antonio Bauza Fullana, Jaime Caldentey Nadal, Ramón Donar Pastor, Francisco Rovira Mompó, Loreto Gallego García, José Jiménez Berro, José Martínez Souto, Ramón Mir Brils y José Pineda Tura. Revista de Historia Militar, II extraordinario de 2019, pp. 256-300. ISSN: 0482-5748


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