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36 LUIS MOLLÁ AYUSO la intención de regresar a España por la ruta de los portugueses, es decir circunnavegando la tierra, ya que el regreso por la misma derrota que los había traído a las Molucas estaba plagado de peligros y dificultades. Juan Sebastián Elcano resulta una figura primigenia y fundamental en la presencia española en el océano Pacífico y representa la punta de lanza de la gran cantidad de marinos y exploradores que le siguieron. De su calidad como hombre de mar da fe el hecho de que eligiera la ruta directa para regresar a España, enfrentándose a los portugueses que los buscaban con ahínco para arrojarlos a los abismos del océano y a vientos y mares desconocidos, pues no hay que olvidar que más allá de su Cantábrico natal, únicamente había navegado en el Mediterráneo, cuyos vientos nada tienen que ver con los atlánticos, pacíficos o índicos. Con su decisión de continuar la derrota al oeste, el de Guetaria se convirtió en el primer ser humano en circunnavegar la tierra. Escudo de Armas de Juan Sebastián Elcano, primer blasón ganado en el Pacífico. Alrededor de un globo terráqueo, la leyenda: “Primus Circumdediste me”, en alusión a la primera circunnavegación, un yelmo de caballero y el castillo representativo de Castilla, sobre un campo de gules (color rojo) en el que, en lugar de las armas tradicionales de los caballeros, aparecen un par de palos de canela cruzados, tres piezas de nuez moscada y otras doce de clavo, representando el objetivo -conseguido- de su viaje Pero habíamos dejado a la Trinidad reparando en Tidore. El 6 de abril de 1522, mientras a bordo de la Victoria Juan Sebastián Elcano se aprestaba a doblar el cabo de las Tormentas (Buena Esperanza), tenido hoy y siempre por uno de los puntos más peligrosos de la navegación a vela, Gonzalo Gómez de Espinosa, nuevo capitán de la Trinidad, zarpaba de Tidore poniendo rumbo de regreso a la patria. No siendo marino, y a pesar de su dureza, decidió recorrer el camino inverso esperando alcanzar la gobernación de Castilla del Oro, en lo que hoy es Panamá, sin embargo, descubrió, para su sorpresa, que el alisio del Pacífico no era exactamente igual que el del Atlántico y una fuerza oscura y misteriosa le impedía progresar a pesar de los vientos templados que recibía. Aún no podía saberlo, pero una combinación Revista de Historia Militar, II extraordinario de 2019, pp. 36-46. ISSN: 0482-5748


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