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ORIGEN DE LA PRESENCIA ESPAÑOLA EN FILIPINAS 43 México como “la Nao de la China”, un sistema comercial que permitió traer a Europa mercancías tan valiosas como sedas, porcelanas, té y otros productos exóticos de los países asiáticos mediante una primera línea de Manila a Acapulco a cargo del mencionado galeón, de Acapulco a Veracruz por medio de carretas de bueyes, y desde esta capital, en el golfo de México, a Cádiz a través de la flota de Indias. En sentido inverso a través de México y Perú se enviaba a Filipinas la plata necesaria para abastecer a la Capitanía General, llegando también productos manufacturados, militares, clérigos y los llamados “puntos filipinos”, jóvenes de buena familia consignados a bordo de esta forma, a los que se enviaba a la otra punta del imperio por haberse metido en líos de difícil solución, generalmente de faldas, que las más de las veces solían terminar en duelos. El anhelado tornaviaje Hemos mencionado de pasada a Miguel López de Legazpi sin detenernos a reconocer el valor estratégico y comercial del enclave que fundó el 24 de junio de 1571: la ciudad de Manila, de la que, como ya hemos dicho, fue el primer gobernador, convirtiéndola en sede general del archipiélago y de los dominios españoles en el Pacífico. Legazpi demostró una extraordinaria visión estratégica cuando, en 1568, fue consciente de las extraordinarias capacidades potenciales del pequeño asentamiento de Maynilad, situado al norte de la isla de Luzón, enviando para su conquista 300 hombres al mando de los capitanes Martín de Goiti y Juan de Salcedo, que terminaron ocupando militarmente el enclave después de que se dieran algunos incidentes con Revista de Historia Militar, II extraordinario de 2019, pp. 43-46. ISSN: 0482-5748


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