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LA DEFENSA DE LA SOBERANÍA ESPAÑOLA EN FILIPINAS... 59 económica, una carencia de medios de todo tipo que resultaban especialmente evidentes en materia militar. Las tropas coloniales de España en Filipinas eran las encargadas de lograr la seguridad necesaria, tanto en mar como en tierra, para el desarrollo de la colonia y la consolidación de la presencia hispánica en la zona. En torno a 1857 la colonia tenía una guarnición de cerca de 12.000 hombres en el Ejército y 1.890 en la Armada. En 1879 la guarnición permanecía casi exactamente igual, 12.198 en el Ejército y 1.613 en la Armada. Estas cifras contrastan con los efectivos británicos de servicio en la India por las mismas fechas: 40.160 soldados europeos, 311.000 tropas nativas, mandados por 5.362 oficiales británicos. Teniendo en cuenta que las Fuerzas Armadas eran la base primera y primordial para el desarrollo y sostén de una colonia, las carencias militares en las Filipinas resultaban especialmente graves, más si consideramos que, por ejemplo, durante el gobierno de José Malcampo (1874-1877) a cada una de las 7.200 islas del archipiélago sólo le correspondía una guarnición de 1’9 hombres y que durante el mando de Domingo Moriones (1877-1880) se encontraban en <estado de sitio> las provincias de Manila, Batangas, Cavite, Pampamga, Batan, Zambales, Pagasinam, Tarlac, Tayabas, Burlacan, Nueva Ecija, Laguna y el distrito de Morang. Hechos puntuales, pero constantemente repetidos, que nos transmiten el terrible estado de pequeñas revueltas, indefensión e inseguridad en que se encontraban las posesiones españolas en Extremo Oriente y el Pacífico. En unos momentos en que la importancia y grado de desarrollo de una colonia podía ser medido por la cantidad y calidad de las tropas que en ella prestaban servicio, la situación de la guarnición del archipiélago filipino hacía especialmente evidente la escasa presencia e importancia que España tenía en Extremo Oriente. Las fuerzas armadas allí destinadas hay que analizarlas bajo un triple prisma: el de la Armada, el Ejército de Tierra y el de las fuerzas de policía. Dadas las condiciones propias de las posesiones españolas en el Pacífico. El hecho de ser un conjunto de archipiélagos con innumerables islas diseminadas a lo largo de un inmenso espacio de mar, forzaba a que la Armada se viese obligada a llevar gran parte del peso de las operaciones, aunque en estrecho contacto con las fuerzas del Ejército, ya que muchas operaciones era combinadas, pues consistía en el desembarco y ataque de un cota o poblado fortificado en los parajes de Mindanao y Joló23. 23 En 1827 quedo definitivamente asentada la presencia de la Armada en Filipinas, mediante la refundación del apostadero de Manila, lo que llevó a la desaparición de la Marina Sutil. Había sido organizada en el último tercio del siglo XVIII por el capitán de fragata Basco y Vargas, gobernador general de la colonia, y prestó excelentes servicios hasta su sustitución por la Armada. Revista de Historia Militar, II extraordinario de 2019, pp. 59-86. ISSN: 0482-5748


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