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revista de aeronáutica y astronáutica / enero-febrero 2020 aviación civil en 2019 35 Alcanzado el mes de diciembre, y tras una serie de cambios en la cúpula directiva de Boeing, la empresa dio a conocer un comunicado el lunes 16 donde reconocía implícitamente desconocer la fecha en que se restaurará el certificado del 737 MAX –en realidad depende de las autoridades aeronáuticas– y anunciaba la suspensión temporal de la producción de esa familia de aviones. La medida venía a responder a la gran cantidad de aviones producidos y aparcados en tierra sin entregar. Es evidente que la cadena de acontecimientos desencadenada por la retirada del certificado del 737 MAX está teniendo una repercusión económica muy importante, y Boeing indicó que proporcionará información al respecto cuando haga públicos sus resultados financieros del último cuatrimestre de 2019, a finales del mes de enero de 2020 en curso. En espera de estos y de las estadísticas oficiales de 2019, las cifras de Boeing hasta el 30 de noviembre reflejan de manera concluyente una parte de los efectos del asunto 737 MAX en el devenir de la empresa; no en vano los 737 MAX estaban teniendo un gran peso relativo en cuanto a sus operaciones comerciales. Suspendidas las entregas de los aviones de esa familia, en los once primeros meses de 2019 Boeing solo había podido entregar a clientes 345 aviones, de ellos 121 del 737–versiones distintas de la MAX– y 137 del 787. Si de ventas se trata, las cosas no han ido mucho mejor. Boeing declaraba que en el período considerado había sumado 243 ventas, que tras cambios de contratos, conversiones y cancelaciones dejaban un saldo negativo neto de -84. Sin duda el capítulo del 737 MAX ha sido y es la tribulación más importante de Boeing en 2019 Primer vuelo del Embraer E175-E2 el 12 de diciembre de 2019. (Imagen: Embraer)


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