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INVESTIGACIÓN Y DESARROLLO Tanto su escaso grado de descentralización como la carencia de un aparato burocrático suficientemente desarrollado permitieron al Estado Islámico la experimentación de nuevos materiales sin restricciones, lo que llevó a los yihadistas a alcanzar una serie de logros tecnológicos que, si bien rudimentarios, fueron indudablemente útiles en el campo de batalla. Así, por ejemplo, se desarrolló una auténtica industria manufacturera de minas y explosivos caseros con los que bloquear el paso al enemigo en las operaciones defensivas o de retirada propias. De forma masiva se produjeron 24  /  Revista Ejército n.º 946 • enero/febrero 2020 diversos tipos de proyectiles, tanto para los llamados cañones infernales (caseros) como para los morteros de 82 y 120 mm, para los que se construyeron miles de granadas. También apareció una industria del vehículo bomba encaminada a dirigirlos contra el enemigo, lo que incluía, entre otras cosas, la fabricación de los explosivos que habían de ser empleados, el adecuado blindaje de los vehículos, la adición de seguros en los detonadores y la posibilidad de que el conductor disparase cohetes a vanguardia para eliminar obstáculos y amenazas. Asimismo, se diseñaron mecanismos para poder arrojar bombas ligeras desde los drones, con las consiguientes adaptaciones a los mismos, y también armamento controlado de forma remota, granadas de mano, granadas de fusil o un nuevo modelo de lanzagranadas contracarro, entre muchos otros. A modo de anécdota simbólica, recordemos que el Dáesh, que ya había llegado a poner en el aire varios cazas MiG y L-39, no se conformó con esto, pues incluso se le llegó a capturar el prototipo a medio construir de una avioneta tripulada. Aquello que no se podía fabricar se obtenía del botín, del mercado negro de provincias rebeldes o del tráfico de armas regional, de donde procedían los vehículos pesados con sus repuestos y municiones, los MANPAD, Misil contracarro TOW ofrecido por 12 500 dólares en Siria En cuanto a la cadena de mando, los hombres más valiosos y leales para el califa, eran nombrados emires y se encargaban de dirigir los combates


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