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operaciones, el valor y el espíritu de sacrificio, entre otros. La motivación de unos y otros para sostener operaciones. La conciencia y voluntad de defensa de los arévacos y el prestigio de las legiones romanas. El cerco de Escipión fue una fortificación de la época. Sin embargo, al plantearlo de la forma que lo hizo se convirtió en una operación dirigida contra la voluntad de vencer de los arévacos, lo que mostraba un profundo conocimiento cultural de este pueblo celtíbero. Se trataba de impedir a los defensores de Numancia que pudieran luchar, vencer o morir en el campo de batalla, lo cual era algo muy duro para el concepto del honor de aquellos pueblos. Se les negaron acuerdos que no fuera el pleno sometimiento a Roma, la renuncia a su libertad. Los ataques de los arévacos para romper el cerco se rechazaban a distancia sin facilitar el combate cuerpo a cuerpo, no se perseguía al atacante en su retirada… La proximidad de los campamentos romanos a Numancia y la exhibición de fuerza, los alardes, suponían una amenaza tanto para los combatientes arévacos como para sus familias. Todo ello contribuía al desgaste y se dirigía contra la voluntad de vencer, un Grabado representando el abastecimiento y la logística de las legiones romanas ataque contra la moral, la motivación de los defensores. Escipión preparó a las legiones y a las tropas auxiliares antes de iniciar las operaciones para hacer frente a un enemigo bien preparado y en unas condiciones climatológicas duras El éxito del cerco se apoyó en su preparación. En el aspecto táctico, la maniobra de Escipión fue precedida por una acción de aislamiento previa al planteamiento del cerco 64  /  Revista Ejército n.º 946 • enero/febrero 2019 actuando sobre las poblaciones vecinas a Numancia y sometiéndolas a la voluntad de Roma, al mismo tiempo que se garantizaba el apoyo logístico durante el cerco. Escipión preparó a las legiones y a las tropas auxiliares antes de iniciar las operaciones (disciplina, marchas forzadas, construcción de campamentos, fortificación,…). Se les preparó para hacer frente a un enemigo bien preparado y en unas condiciones climatológicas duras. Sus antecesores cometieron el error de despreciar la capacidad de resistencia y de combate de sus adversarios. Como hoy, las operaciones militares no se improvisan; exigen un esfuerzo muy alto de preparación. Son muchas las lecciones que nos ha dejado Numancia, lecciones que se pueden extrapolar a la actualidad. La formación en valores morales sigue siendo imprescindible en los ejércitos y la motivación, en los términos que recoge nuestras RROOFFAA cuando dice en su Artículo 88: «En el caso de conflicto armado, alentado por la legalidad y legitimidad de su causa y el apoyo de la nación, el militar actuará siempre con inquebrantable voluntad de vencer. El combatiente concentrará su atención y esfuerzo en el cumplimiento de la misión de su unidad, con plena entrega, sacrificio


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