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Revista_Ejercito_946

Marchas en orden cerrado de las tropas romanas 83 bien por coaliciones, se comportaron como ejércitos organizados, dotados de contingentes mixtos de infantería de línea, ligera y caballería, agrupados por ciudades, y que luchaban habitualmente en batalla campal; sin duda, no con la disciplina y organización típica de las legiones romanas, pero tampoco como «bandas y guerrillas » en la denominación tradicional que ha hecho fortuna. Eran bien capaces de poner en aprietos a legiones veteranas, hasta el punto de que los mejores generales romanos evitaron los riesgos de una batalla campal. Teniendo en cuenta lo anterior, en las filas numantinas se manifiestan atributos del liderazgo propios del liderazgo carismático: sentimiento de amor a la patria y capacidad para contagiar dicho valor hasta el punto de que, tras 15 meses de asedio, la ciudad cayó vencida por lo único que puede caer un pueblo: por hambre. De hecho, «al faltarle la totalidad de las cosas comestibles, sin trigo, sin ganados, sin hierba, comenzaron a lamer pieles cocidas. Mas, cuando aquellas también faltaron, comieron carne humana cocida, comenzando por la de los muertos, que cortaban en pedazos»3. Igualmente, no solo en Numancia, sino en todas las guerras celtibéricas, se afianza el orgullo de pertenencia y el espíritu de cuerpo, atributos que producen líderes naturales. Normalmente, a lo largo de la historia, se han dado situaciones de plazas inexpugnables a pesar de una superioridad numérica y tecnológica. También es habitual que al frente de estas plazas o ciudades asediadas hubiera un líder con mayúsculas, posiblemente menos cualificado en formación militar y en tácticas pero repleto de atributos que consiguen ser multiplicadores en sus ejércitos. En todas las guerras celtibéricas, se afianza el orgullo de pertenencia y el espíritu de cuerpo, atributos que producen líderes naturales Por último, en Numancia, como en casi todas las grandes campañas, se presentan casos de liderazgo a pequeña escala, pero no por ello menos importantes, donde se manifiesta uno de los principales atributos de un líder en situación de guerra: el valor. Retógenes, el más destacado de los numantinos en cuanto al valor, persuadió a cinco amigos con otros tantos esclavos y caballos y, en una noche sombría, atravesó a escondidas el espacio intermedio entre los dos ejércitos romanos para solicitar apoyo a ciudades vecinas. El liderazgo, los atributos y competencias que se le suponen a un líder, es probablemente el concepto de la guerra con más longevidad y que menos cambio ha sufrido a lo largo de la historia universal. Adaptados a cada tiempo, conceptos como el amor a la patria, la ejemplaridad del jefe, la disciplina y la formación de los subordinados, la innovación en las operaciones y en las tácticas, la resiliencia, la necesidad de establecer un plan, la capacidad para la toma rápida de decisiones, sin caer en la temeridad, y otros muchos son invariables y de plena actualidad, y se manifestaron en el sitio de Numancia de la misma manera que se han manifestado y se siguen manifestando en las operaciones españolas contemporáneas. NOTAS 1. Guerras Ibéricas, Apiano. 2. Guerras Ibéricas, Apiano. 3. Guerras Ibéricas, Apiano.■


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