EJERCIICIIOS Y MANIIOBRAS Un momento de la marcha Foto superior: El Tcol. Gallego entrega a la familia de García Sierra la resolución de ascenso a cabo y un detalle de la Unidad, Foto inferior: un momento del acto de homenaje a los caídos 41 encontrado sombra alguna y sobre el que las altas temperaturas propias de la época del año añaden un “plus” de dureza a una ya de por sí, exigente actividad. Finalizamos la primera jornada en la localidad de La Villa de Don Fadrique, llamada así desde que en 1343, el infante D. Fadrique Alonso de Castilla le otorgase el privilegio de Villa mientras asediaba el enclave de Algeciras. En la segunda jornada, abandonamos antes del amanecer el polideportivo que amablemente nos cedió el Ayuntamiento e iniciamos, con dirección Este, la última parte de esta marcha que nos llevará a atravesar enormes viñedos en pleno periodo de vendimia resaltando, como anécdota, las solicitudes de los vendimiadores para que tan importante cantidad de mano de obra (nosotros) les ayudásemos en su dura tarea. Una vez sobrepasado el municipio de La Puebla de Almoradiel, divisamos a lo lejos las primeras casas de Quintanar de la Orden. En el momento de alcanzar el cementerio municipal, punto final de la marcha, los familiares del cabo García Sierra, junto al alcalde, vecinos, amigos y algún medio de comunicación local ya nos estaban aguardando. A las puertas del citado cementerio forma el Batallón de Cuartel General dando inicio a un sencillo pero muy emotivo acto, que comenzó con la lectura de la Orden donde se concede el ascenso honorífico al empleo de cabo del entonces CLP Antonio García Sierra. Tras la entrega a los familiares de un recuerdo de tan señalada circunstancia, se rinden honores a nuestros caídos, se recita la Oración Paracaidista y se proclaman nuestros gritos. El acto finaliza depositando un ramo de flores sobre la lápida de nuestro caído, destacando las palabras de afecto sincero pronunciadas por la hermana del cabo García Sierra en presencia de los componentes de las Compañías DCC y CRAV. Sin más novedades, el Batallón de Cuartel General se reagrupa sobre sus instalaciones de la Base “Príncipe”, mientras evocamos el recuerdo de los que nos precedieron y con la satisfacción de haber cumplido con el propósito del mando haciendo honor a otra seña de identidad inequívocamente paracaidista: «¡Ningún obstáculo será tan grande que no pueda superarlo!»
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