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TEMAS GENERALES junta para determinar el valor de los bienes incautados, que ascendía a 425.000 dólares, por lo que los abogados reclamaban el correspondiente premio por ello. El Supremo, tras estudiar todas las reclamaciones, decidió distribuir una cantidad adicional de 370.335 dólares. Dewey mejoró notablemente su premio inicial y se le adjudicaron 18.566 dólares; el resto de comandantes percibieron entre 3.000 y 7.000, y a la marinería le llegó de media alrededor de tres veces una paga mensual para cada uno. He encontrado el dato de que fueron 69 dólares el premio menor que se adjudicó, y supongo fue a un marinero y de un buque con una participación escasa. Resulta curiosa la reclamación elevada al Tribunal de Premios por el capitán y la tripulación del mercante Nanshan. Este carguero británico, contratado por el almirante Dewey en Hong Kong justo antes de salir en demanda de la bahía de Manila, fue usado como transporte de carbón. Los demandantes consideraron que su participación fue necesaria para la victoria sobre la Escuadra española. El Tribunal, tras corta deliberación, dictaminó que fue nula y también que la ley americana no contemplaba adjudicar premios a buques y dotaciones extranjeras. Ya sentenciado todo lo referente a Cavite, el Tribunal pasó a estudiar los premios correspondientes por el combate de Santiago de Cuba. También en esta ocasión la decisión sobre la relación de fuerzas entre ambos contendientes se resolvió rápidamente en el sentido de que los buques norteamericanos eran superiores a los españoles. El almirante Sampson y las dotaciones de los buques de su Flota tampoco estuvieron de acuerdo; pero vista la suerte corrida por su compañero Dewey, Sampson directamente no discutió que la fuerza de Cervera fuera inferior, simplemente solicitaba que a la hora de calcular los premios se tuvieran en cuenta la amenaza que sus hombres tuvieron por parte de los torpedos y las baterías de costa. Sin embargo, en este caso lo que más discusiones motivó fue decidir qué buques tenían derecho a ser considerados como participantes en el combate y en qué condiciones podían entrar en el reparto de premios. Sin más detalles del farragoso proceso judicial, el Tribunal falló asignar a Sampson 8.335 dólares y repartir entre todas las dotaciones, de un total de 13 buques, otros 158.365 más. Como caso curioso, entre los buques que sí entraron en el reparto se encontraba el USS Harvard, cuya decisión fue muy discutida, veamos el porqué. El crucero estaba descargando material cuando la Escuadra de Cervera empezó la maniobra para salir de puerto. Sampson ordenó entonces a su comandante que cesara la descarga y se acercara al resto de la Flota para participar en el combate. Pero las órdenes se transmitieron con un código de señales nuevo y desconocido a bordo del Harvard, por lo que no se enteraron. Pasadas unas horas, otro buque americano, el USS Resolute, le pasó de nuevo la información, esta vez por el código habitual, y esta vez sí fue entendida. El Harvard se dirigió de inmediato al combate, aunque ya solo pudo participar en recoger supervivientes españoles. El Tribunal de Premios dictaminó que su 24 Enero-feb.


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