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TEMAS PROFESIONALES Figura 3. Catálogo de maremotos que afectan a las costas de la Península y Canarias. las islas Canarias; otros en los que a pesar de que su máxima intensidad fuera «bastante fuerte» o «fuerte», los efectos sobre las costas españolas fueron exiguos, como el de 1969 ya mencionado, y algunos otros fenómenos observados de los que no hay seguridad de que realmente se tratase de un maremoto, como el de 1680. Por otro lado, si nos remontamos más atrás en el tiempo, solo es posible encontrar vestigios de los grandes eventos: cinco paleomaremotos en los últimos 7.000 años. Ahora podemos comprender el porqué de tantas discrepancias; el período de retorno dependerá de las consideraciones que hagamos. Si se descartan los que solo han tenido un efecto local o los que no han producido daños, o se considera el Mediterráneo y Atlántico por separado, se obtienen períodos de retorno que oscilan entre unos 100 años hasta más de 1.000, según el autor. En general, para grandes maremotos es de unos 1.200 años, mientras que para los de tamaño pequeño se reduce hasta unos 100. Este valor indica, además de la rareza del fenómeno, la probabilidad de ocurrencia en cualquier intervalo concreto de tiempo, pues es posible establecer matemáticamente una relación entre la probabilidad de ocurrencia y el período de retorno, cuya ecuación omitimos por simplicidad. Si asumimos, por ejemplo, un período de retorno de 500 años, la probabilidad de que suceda un año cualquiera es del 0,2 por 100, y la de que ocurran uno o más maremotos en un espacio de 500 años es del 63 por 100, o del 86 por 100 en 1.000 años. Así pues, la probabilidad de que se produzca en el presente año no es diferente de la que le hubiera correspondido al año 1755, y sin embargo en aquel entonces hubo maremoto; es como la probabilidad de obtener un «uno» al tirar un dado, siempre es la 62 Enero-feb.


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