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Febrero 2020 Revista Española de Defensa 41 Ejército del Aire Estas son algunas de las preguntas para las que los equipos de trabajo de las tres naciones están ya buscando respuestas. Las fuerzas aéreas europeas necesitan que el NGWS sea un sistema multi-misión, capaz de actuar en todas las facetas del combate aéreo y operar tanto desde sus bases aéreas como desde las de despliegue, o incluso desde plataformas navales. Del mismo modo, debe poder trabajar conjuntamente con los sistemas actualmente en servicio, de forma que estos puedan integrar sus capacidades en el NGWS. El futuro sistema de combate aéreo no solo proporcionará una plataforma de nueva generación que sustituya al Eurofighter en España y Alemania y al Rafale en Francia, sino que interactuará con ellos y con sus futuras versiones modernizadas, al igual que con otros grandes programas aéreos, terrestres, marítimos, espaciales y cibernéticos actualmente en proceso de desarrollo y adquisición. La mejor manera de abordar la próxima generación de capacidades de combate aeroespacial será mediante la combinación de plataformas tripuladas que actuarán en conjunto con una gran variedad de sistemas y elementos no tripulados. Un sistema de gestión de combate asistido por inteligencia artificial facilitará la obtención de la información necesaria para hacer más rápido y eficiente el proceso de decisión y la ejecución de las operaciones. La información también será distribuida con precisión por las redes de comunicaciones, y todo ello manteniendo al elemento humano en el proceso de toma de decisiones. En cuanto a los hitos que se van cumpliendo, tras el tratado de cooperación firmado por Alemania y Francia el 31 de enero de 2019, tuvo lugar la firma del contrato del primer estudio conceptual franco-alemán, al que ahora se ha unido España. En octubre de 2019 se estableció en París un equipo de proyecto multinacional con expertos franceses, alemanes y españoles para definir con precisión los requisitos del NGWS y sus demostradores. La primera fase de investigación y tecnología está a punto de iniciarse, con el fin de llegar a tiempo para disponer del demostrador de avión de combate en 2026, ajustándonos así al objetivo común de alcanzar una primera capacidad operativa en 2040. Los jefes de las tres fuerzas aéreas estamos allanando el camino para que un sistema que nacerá dentro de 20 años sea todo un éxito. Se celebran reuniones periódicamente para garantizar el cumplimiento de los requisitos operativos comunes. Dentro de este marco, hemos acordado también ayudar a que los procesos de planeamiento de capacidades nacionales converjan en la medida de lo posible para optimizar recursos, comenzando por todo lo referente a la conectividad. En este sentido, está previsto firmar, durante el próximo Salón Aéreo ILA de Berlín, en mayo de 2020, un documento trilateral de acuerdo común en esa materia. El programa NGWS/FCAS va a permitir, igualmente, una estrecha cooperación entre las industrias nacionales y sus fuerzas aéreas, aspecto clave para asegurar que el poder aéreo europeo siga siendo competitivo. En un momento como el actual, nuestro continente necesita intensificar sus esfuerzos para estimular la integración y visión estratégica europeas a través de la colaboración multinacional. Estamos convencidos de que esta cooperación europea no es solo una contribución significativa a las capacidades de defensa nacionales, de la OTAN y de la UE, sino que también es la mejor forma posible de preservar la independencia europea en materia de tecnologías clave de defensa, dotando a nuestras fuerzas aéreas y a nuestras naciones de los mejores sistemas para poder afrontar y superar futuras amenazas en el competido y complejo dominio aeroespacial. L La cooperación es la mejor forma de preservar la independencia en tecnologías clave


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