145 Editorial

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25 años del empleo de suboficial mayor en el Ejército del Aire revista de aeronáutica y astronáutica / marzo 2020 editorial 145 La Ley 17/89 de Régimen del Personal Militar Profesional creaba el empleo de suboficial mayor, con la finalidad de dar prestigio y relevancia al empleo más alto de la Escala de Suboficiales. Cinco años más tarde, el 11 de enero de 1995, se produjo el nombramiento del primer suboficial mayor en el Ejército del Aire, Francisco Barba Egido, efeméride de la que se acaban de cumplir 25 años. La figura del suboficial mayor ha adquirido en este cuarto de siglo una importancia fundamental para el Ejército del Aire. Durante este tiempo, sus cometidos se han ido adaptando a las necesidades de un Ejército del Aire en constante evolución, consolidándose como pilar esencial de nuestra institución, integrando a un grupo de suboficiales seleccionados en virtud de su cualificación, experiencia, profesionalidad y vocación de servicio. Guiados por la competencia y por el sentido de la responsabilidad, nuestros «mayores» han adquirido un merecido prestigio, no solo entre sus compañeros, sino también entre sus superiores. Su cercanía, dedicación y entrega les han convertido en perfectos conocedores de las preocupaciones de los suboficiales y militares de tropa, defendiendo sus intereses ante los superiores y actuando como un elemento clave para elevar su moral y fomentar el espíritu de equipo. En la actualidad, no se concibe el funcionamiento de ninguna unidad sin la aportación de los suboficiales mayores en las múltiples facetas de la actividad diaria. Una de sus principales funciones reside en el asesoramiento al mando, ejerciendo como vínculo directo entre los suboficiales y militares de tropa y los jefes de grupo y de unidad, proporcionando una visión leal y realista de sus necesidades e inquietudes. El suboficial mayor actúa, además, como catalizador para que suboficiales y tropa puedan hacer llegar al mando aquellas cuestiones que normalmente no se gestionan por conducto reglamentario o a las que no se otorga la debida prioridad, y de este modo canalizar ideas o propuestas con el objetivo último de ser útiles y mejorar la moral y el sentido de pertenencia a una institución en la que todos somos importantes. Fieles al espíritu aviador que nos caracteriza, es necesario que nuestros suboficiales mayores sigan aportando soluciones creativas a los problemas a los que se enfrenta nuestro Ejército del Aire, involucrándose en ellos y aplicando sus conocimientos y experiencia, reforzando la importancia de las personas y las relaciones entre ellas como medio para asegurar el cumplimiento de la misión. Dos aspectos clave para ejercer de manera óptima las funciones propias de un suboficial mayor son la capacidad de liderazgo y las dotes de comunicación. Además de las labradas durante años de entrega a esta profesión y de contacto directo con compañeros, subordinados y jefes, resulta de crucial importancia que estas competencias se sigan reforzando en el curso de capacitación. El prestigio que atesora hoy en día la figura del suboficial mayor sirve sin duda de inspiración y estímulo para los que desean alcanzar la cima de la carrera del suboficial. No obstante, el Ejército del Aire está buscando permanentemente fórmulas que incentiven y pongan en valor el compromiso personal de nuestros suboficiales para acceder a un empleo que demanda esfuerzo y dedicación y que es tan importante para el EA y su personal. Enhorabuena a nuestros suboficiales mayores por estos 25 años de liderazgo y ejemplaridad al servicio de España y del Ejército del Aire. Su aportación garantizará un futuro mejor al Ejército del Aire, del que los suboficiales constituyen el eslabón fundamental.


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