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25 DE LA DIVISIÓN A LA BRIGADA Con el comienzo del nuevo siglo, el ejército estadounidense se embarcó en un proceso de trasformación por el cual las brigadas desbancaron a las divisiones como las grandes unidades fundamentales de la maniobra. Esta reforma tenía como objetivo aumentar la capacidad de proyección con el fin de poder intervenir en un breve plazo de tiempo en cualquier parte del mundo. Cuando en febrero de 2007 Serdiukov asumió en Rusia el Ministerio de Defensa, la adaptación de las brigadas estadounidenses estaba prácticamente acabada y el nuevo modelo estaba influyendo en muchos ejércitos occidentales. Por esas fechas Rusia acababa de sobreponerse a los años más duros de la crisis provocada por la caída de la URSS y aún tenía en la memoria los duros combates de las dos campañas chechenas. El nuevo ministro encontró una institución que no había sido capaz de consolidar una reforma militar efectiva, pero que había acumulado una considerable experiencia de cómo llevarla a cabo. Sirva de ejemplo el temprano proyecto de crear una fuerza móvil compuesta por cuatro brigadas profesionales y homogéneas, abordado en 1992 pero que finalmente tuvo limitados resultados prácticos3. Poco después, en agosto de 2008, se desencadenó la guerra contra Georgia, que no solo ayudó a elevar la moral del Ejército sino que sirvió para identificar muchos problemas y también para rodear de un halo de prestigio al nuevo ministro, lo que le serviría para iniciar una reforma tan necesaria como dolorosa. Tradicionalmente, la gran unidad fundamental del ejército soviético había sido la división, que compartía con este sus características: estaba formado por oficiales profesionales, suboficiales y tropa de reemplazo. Por ello dependían de la movilización para ser plenamente operativas. Este sistema había sido eficaz durante décadas, pero progresivamente dejó de serlo, en la medida en que el armamento se hizo más complejo. En la primera campaña chechena (1994-1996), debido a que no se activó la movilización, no se pudieron emplear divisiones al completo y quedó dañado el prestigio de las mismas. A consecuencia de aquel conflicto se reorganizó el ejército, de manera que se creó la Fuerza Permanente de Alta Disponibilidad o unidades PCR (Permanent Combat Readiness units), que se diferenciaba del resto por tener sus dotaciones al completo. Pese a ello, la división siguió siendo la unidad de referencia. En la segunda guerra chechena (1999-2000), la mayor parte de las unidades que entraron en combate fueron grupos tácticos extraídos de las unidades PCR, con la salvedad de la 74 Brigada Independiente, una de aquellas cuatro creadas en 1992, que sí combatió al completo. La misma dinámica se repitió durante la guerra de Georgia, en la que combatieron más de 20 grupos tácticos, también organizados a partir de las unidades PCR, pero solo una división, la 42 de la Guardia. Los oficiales rusos, tras constatar la pérdida de la operatividad de sus unidades, se centraron en recuperar primero las capacidades de combate de las más pequeñas para luego ir subiendo de nivel La conclusión del alto mando ruso fue que estas unidades no eran plenamente operativas ni eran fáciles de movilizar hasta la zona de combate. Se puede intuir que los oficiales rusos, tras constatar la pérdida de la operatividad de sus unidades, se centraron en recuperar las capacidades de combate primero de las más pequeñas para luego ir subiendo de nivel, hasta verse capaces de recuperar la operatividad de las grandes unidades. Así pues, tras conseguir grupos tácticos operativos, el siguiente nivel que había que alcanzar era el regimiento, equivalente a la brigada en Occidente. Por ello, la decisión de transformar las divisiones en brigadas, basándose en los regimientos de las primeras, pese a ser una decisión controvertida, fue el paso natural para continuar la recuperación del Ejército. Además, la nueva Doctrina Militar de 2010 consideraba que la amenaza más probable para la Federación serían los conflictos limitados pero de rápido desencadenamiento y desarrollo, para los que las pesadas divisiones no eran adecuadas. En último lugar, no se puede despreciar la influencia del proceso de trasformación del ejército estadounidense, que ya hemos explicado. Todo esto dio lugar al desarrollo de unas nuevas brigadas que se dieron en llamar «New Look». En todo caso, el alto mando militar no se limitó a disolver sus divisiones y copiar la organización de las brigadas occidentales, sino que las adaptó a sus necesidades, tratando de integrar en ellas el mayor número de capacidades. Al intenso trabajo de diseño de las nuevas plantillas, en gran medida una adaptación de las creadas para aquel frustrado proyecto de fuerzas móviles, se sumó una fase de experimentación para evaluar su idoneidad. Con ese objeto se eligió la ya mencionada 74 Brigada Independiente como unidad piloto, adaptándola a la nueva estructura y realizando, a finales de enero de 2009, un ejercicio de evaluación. Este comenzó con una marcha motorizada de 24 horas para, a continuación, establecerse en defensiva y seguidamente realizar un ataque, que concluyó un cruce de río con medios orgánicos, finalizando con un ejercicio con fuego real contra un área fortificada, con la necesaria preparación artillera. Los resultados fueron evaluados y sirvieron para pulir las nuevas plantillas, que fueron publicadas a finales de febrero. La última fase del proceso fue la trasformación de todas las divisiones en brigadas, para lo que se les dio de plazo hasta julio, aunque luego se amplió hasta noviembre de aquel


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