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Ruta DOLPHIN. Poniendo cadenas en cabeza de convoy 59 CONSIDERACIONES SOBRE EL PLANEAMIENTO DE LAS OPERACIONES EN BOSNIA I HERZEGOVINA Los que planean en los cuarteles generales las operaciones, maniobras o ejercicios de instrucción, generalmente, pasan la mayor parte del tiempo pensando más en dónde poner sus «flechas» en los mapas y en diseñar las fuerzas combatientes que han de llevarlas a cabo que en planear minuciosamente las necesidades logísticas de estas. Para el caso que nos ocupa, la Agrupación Táctica Madrid (AGT Madrid), se diseñó una fuerza de 1156 hombres para llevar a cabo las misiones de paz encomendadas (que figuran detalladas en el primer artículo), de los que 273 se encargaban de proporcionar los apoyos logístico, sanitario y económico, lo que resultaba que, en la práctica diaria, por cada cuatro hombres empeñados en el planeamiento y las misiones operativas había solo uno para proporcionarles los anteriormente citados apoyos (evidentemente, no los tres a la vez). En el caso de la unidad que llevaba el esfuerzo principal de las operaciones dentro de la AGT Madrid, la Bandera Ligera Mecanizada Ortiz de Zárate, el apoyo logístico era más difícil de realizar, ya que de los 512 hombres que la componían solo 63 estaban dedicados a las tareas de apoyo logístico y sanitario; por tanto, por cada ocho combatientes había uno de apoyo logístico y sanitario, con el agravante de que esos pocos hombres y mujeres de la compañía de plana mayor y servicios atendían logísticamente, al principio, a las unidades ubicadas en los destacamentos de Dracevo y Jablanica (alguna vez, también a las de Medjugorge) y, tras la entrega de Jablanica al Batallón Malayo (MALBAT), también a los de Mostar Este, Mostar Oeste y Bijela I. Para que el lector pueda hacerse una idea de lo que esto significa, el Ejército americano, creo recordar, consideraba en aquellos tiempos que detrás de cada combatiente debía haber, al menos, tres hombres para proporcionarle el apoyo logístico necesario. Cierto es que una de las mayores limitaciones que se encontraron los órganos de planeamiento del Estado Mayor del Ejército (EME) fue la limitación a priori del número máximo de efectivos. Sin embargo, tengo que decir que, en mi opinión (basada en mi experiencia en tres Estados Mayores, el de la Brigada Paracaidista, el EME y el Estado Mayor Conjunto), dos son los factores que influyeron en aquel momento en esta limitación: la disponibilidad económica y la urgencia por dar unos números a la cadena superior de mando y dirección de las Fuerzas Armadas. El primero de ellos (poderoso caballero es don Dinero, diría Quevedo), nunca me ha parecido que haya sido a priori un gran impedimento a la hora de definir la fuerza. «La historia de la guerra demuestra que, nueve de cada diez veces, un ejército es derrotado porque sus líneas de suministros fueron cortadas»


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