QUE NADIE
SE QUEDE
ATRÁS
Nunca se abandona
a un compañero
en el combate. Es
una máxima que
los militares tienen
presente incluso
en sus ejercicios de
adiestramiento. Los
soldados aprenden
a prestar los
primeros auxilios de
emergencia o la forma
de transportar a un
herido, como hacen
estos dos miembros
del batallón español
en Letonia durante
unas prácticas en el
campo de maniobras
de Adazi.
Ese compañerismo y
la solidaridad se han
fundido en la batalla
contra el coronavirus.
Los militares han
estado al lado de los
más vulnerables: las
personas mayores
en las residencias,
los enfermos que
trasladaban a los
hospitales y los
fallecidos. «Ninguno
ha sido anónimo
para nosotros. Cada
uno de ellos era
nuestro compañero»,
aseguraba un
miembro de la UME.
Un soldado nunca
deja atrás a un
compañero.
Victor Hernández
Fotografía: Sgto. Felipe
Barandica/PAO eFP