VIVIDO Y CONTADO
frenética preparación. Llevó cerca de una hora que el bóvido modelo aceptara
la colocación del lepanto y de unos simulacros de marinera y tafetán fruto de
la imaginación y recursos del servicio de aprovisionamiento.
Estuvo vestido justo a tiempo para el acto de despedida y se le colocó
junto a la formación de los legionarios, dando frente a popa y a la línea de
entrega de diplomas, constituida por mandos de la insignia y del buque. Tras
unas palabras del comandante, se procedió a nombrar a los legionarios que
salieron de formación uno a uno para recibir su diploma. En último lugar se
mencionó a Fonsi que, inesperadamente, decidió imitar a los que le habían
precedido y se dirigió hacia el comandante quien, sorprendido, acertó a dirigirle
una frase de admiración, sin saber muy bien qué hacer con el diploma,
hasta que uno de los cuidadores se acercó para recogerlo y retornar a la
mascota a la formación.
Finalizado el acto, todos los presentes quisieron fotografiarse con el que
tan justamente se había ganado el protagonismo en la ceremonia. Tomadas las
instantáneas deseadas, llegó el momento de llevar a Fonsi entre contenedores
de nuevo para restituir con la dignidad debida su atuendo natural, mucho más
apropiado y práctico para su último paseo del día en el ya cercano crepúsculo
vespertino.
Foto de familia. (Fuente: LPD Galicia).
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