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Figura 3. Sismicidad en el entorno de la Península. Terremotos de magnitud superior a 3,5
registrados desde 1970, y la proyección de la sismicidad del Sur peninsular sobre el plano
vertical.
Pero, aunque la sismicidad tenga carácter moderado, no podemos olvidar
que históricamente han acaecido terremotos destructivos en toda la zona
(figura 4), siendo el máximo exponente el conocido como terremoto de Lisboa
del 1 de noviembre de 1755, con una intensidad máxima de X (muy destructor),
y que causó más de 60.000 víctimas. Caben destacar, además, el terremoto de
Arenas del Rey (Granada) de 1884, que causó 839 muertes; el de Torrevieja
(Alicante) de 1829, con 389; el de Queralbs (Girona) de 1428, con intensidades
máximas entre IX y X (entre destructores y muy destructores), así como el de
Montesa (Valencia) de 1748, con una intensidad máxima de IX.
En la costa africana, también ha habido terremotos destructivos,
especialmente en la zona argelina, como el de Boumerdès (Argelia) de 2003,
con magnitud 6,8 e intensidad máxima de X, que causó más de 2.000 víctimas;
858 Junio