TEMAS PROFESIONALES
Una de las consecuencias de la desmembración de la URSS y el surgimiento
de nuevos estados independientes es la aparición de disputas étnicas y territoriales.
Algunos presentan conflictos tanto internos como con sus vecinos,
muchos de ellos congelados desde hace mucho tiempo y otros que aparecen
ahora. Hay disputas por territorios y delimitación de fronteras y muchos de
ellos, nacidos de fuertes sentimientos nacionalistas, no están plenamente reconocidos.
Todos estos factores contribuyen a crear tensiones y son un buen
caldo de cultivo para muchas inestabilidades que dan lugar a una situación
geopolítica muy complicada.
Tras la caída del bloque soviético, Rusia ha tratado de mantener bajo su
área de influencia a los países que habían formado parte de dicho bloque, pero
en los últimos tiempos no ha tenido capacidad económica, ni política, ni militar
para ello. Aunque esto ha cambiado, como ha demostrado con su activa
postura ante las revueltas de color en su vecindario —entre ellas la Revolución
Rosa de Georgia (2003-2004) o la Naranja de Ucrania (2004-2005)—,
cuando los países procedentes de la liquidación de la URSS y encuadrados en
la Comunidad de Estados Independientes (CEI) dejaban de mirar hacia Rusia
y volvían sus ojos a Occidente, hacia la OTAN y hacia la Unión Europea.
Precisamente en 2004 tuvo lugar la entrada en la OTAN de Rumanía y Bulgaria,
antiguos miembros del Pacto de Varsovia, con lo que ahora tres países
ribereños son miembros de la Alianza Atlántica, mientras otros dos, Ucrania y
Georgia, son asociados de la OTAN con posibilidades de convertirse en
miembros de pleno derecho, lo que contribuye a producir nuevos cambios en
la situación geoestratégica de la zona.
En agosto de 2008, fuerzas rusas que se encontraban en Osetia del Sur
desde que en 1993 se separó de Georgia, impidieron que el presidente georgiano
pudiera anexionarse el antiguo territorio. Los rusos entraron en Georgia
y se enfrentaron a las fuerzas georgianas, con el resultado de unos 400 muertos
civiles y 150 militares. Los rusos también expulsaron a los georgianos que
en 2008 habían entrado en Abjasia, que desde 1992 se había declarado independiente
de Georgia. y el hecho más grave ocurrió en marzo de 2014, cuando
Rusia anexionó a su territorio la península de Crimea, la militarizó y empezó
a intervenir en zonas del este de Ucrania, en el Dombás, en apoyo de los
prorrusos de la zona, violando el Memorándum de Budapest de 1994 y el Tratado
de Amistad de 1997, y amenazando con defender a Crimea con su poder
nuclear si fuera necesario.
Hay que destacar la presencia rusa en acciones militares en 2015 en Siria,
donde operaba una base aérea y de paso mostraba su capacidad para proyectar
fuerzas desde el mar Negro y desplegar elementos tanto ofensivos como
defensivos. Ahora está consiguiendo bases para su Armada en diferentes puertos
del cercano Mediterráneo Oriental, como el sirio de Tartús, donde pueden
permanecer hasta 11 barcos de guerra al mismo tiempo. Por un acuerdo con
Chipre, puede atracar barcos militares en sus puertos, está negociando estable-
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