lo que les otorgaba un notable poder como
«casas de garantía».
Llegaría a disponer de hasta ocho grandes
centros productivos, de los que tres lo fueron
en régimen de arrendamiento —los astilleros
y zonas industriales de los arsenales de Ferrol
y Cartagena (1909-1940), los talleres de Artillería
del Arsenal de La Carraca (1915-
1941)— y cinco en instalaciones y factorías
propias —astillero de Matagorda en Puerto
Real, Cádiz (1914); los astilleros y talleres de
Sestao (1915) y del Nervión (1920), ambos
en Bilbao, Vizcaya; la factoría siderúrgica de
Reinosa (1917) en esta ciudad cántabra, y los
talleres de Artillería de San Carlos (1923), en
Cádiz— en una expansión que le llevó a
diversificar su actividad, tanto en la construcción
naval militar y mercante como en la
fabricación de equipamientos industriales de
todo tipo de material, así como de maquinaria.
Realizó asimismo inversiones en otras
empresas. Tras la Guerra Civil se nacionalizó
la industria naval militar, por lo que la SECN
gestionó en régimen transitorio los astilleros
de Ferrol y Cartagena hasta febrero de 1940,
y el de San Fernando hasta octubre de 1941;
centrándose en la construcción de buques
mercantes en Cádiz y Sestao.
En 1969, en el marco de una reorganización
del sector naval, se produce la fusión de
la empresa pública Astilleros de Cádiz
(ASCASA) con las privadas SECN y Astilleros
Euskalduna de Bilbao. La Naval (SECN)
aportó el 31,8 por 100 a la nueva sociedad,
que se denominó Astilleros Españoles
(AESA), integrada en el Instituto Nacional de
Industria (INI) y que se convirtió en una
de las primeras de su ramo a nivel mundial,
con dos astilleros en Cádiz, uno en Sevilla,
dos en Bilbao y tres menores en Santander,
Gijón y también en Bilbao. Cabe destacar que
una gran parte de los directivos de la SECN
fueron ingenieros navales formados en la
Academia de Ferrol, así como antiguos
oficiales de los Cuerpos de Ingenieros y de
Artillería de la Armada y del Ejército.
Jaime ANTÓN VISCASILLAS
Teniente de navío (Reservista voluntario)
25.231.—Táctica bicho palo
MISCELÁNEAS
¿Qué es el bicho palo?
Pues bien, como su propio
nombre indica se
trata de un tipo de insecto que tiene una
característica muy curiosa que radica en su
capacidad de enmascaramiento, que consigue
a través de argucias o engaños; así, cuando el
peligro acecha puede cambiar de color, logra
quedarse totalmente inmóvil y, lo más importante,
adaptarse a la vegetación que le rodea
en forma de palo o rastrojo. Lógicamente
estas destrezas acaban por desconcertar a sus
posibles depredadores.
Este fenómeno era sabido por los marinos
desde hacía tiempo debido al conocimiento
sobre botánica y zoología, cuyo origen está
en las interesantes expediciones científicas
que se llevaron a cabo en aquella época.
Este curioso conocimiento fue aprovechado
por muchas marinas del mundo, aunque la
primera fue la Armada española y en unas
condiciones muy llamativas, hecho perfectamente
documentado y no discutido por
ningún otro país. Sucedió en la fragata
Magdalena, en el lejano año de 1779, en el
contexto de la guerra contra Inglaterra. Cuando
el barco español regresaba de una comisión,
avistó un buque corsario inglés (Duke of
Cornwall) en las inmediaciones del cabo San
Vicente. Al advertir que este era de mayores
dimensiones y con una superficie de vela
muy superior, ¿qué es lo que hizo su comandante?
El capitán de fragata Pedro de Leyva
pensó en la natural astucia del bicho palo y la
aplicó al ámbito naval, es decir, ordenó un
enmascaramiento de su barco. Para ello
mandó meter dentro la artillería —eso sí,
totalmente alertada—, comenzó a maniobrar
como un mercante y utilizó algunas otras
ingeniosas prácticas de disimulo.
Tan perfecto fue el engaño que el corso
cayó en la trampa y se aproximó tan cerca
que cuando quiso darse cuenta se encontraba
a tiro de cañón. En este momento advirtió su
error e intentó de manera desesperada fugarse,
lo cual fue inútil, ya que entonces se activó
la artillería , cayendo sobre el barco
enemigo.
Así pues, al igual que hace el insecto
palo, que se sirve de una apariencia inofensi-
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