especialmente en el terreno económico.
Nuestro país es el segundo cliente
importador del país norteafricano,
especialmente en el área de gas y petróleo,
donde las importaciones alcanzan
los 4720 millones de dólares.
De estas transacciones, más del 50 %
es el gas que consumimos.
Por otro lado, es notable nuestra exportación
de productos al país africano
por valor de 3200 millones de
dólares, que hace de Argelia un socio
económico clave para nuestro país
con un gran potencial, además, en el
ámbito de las energías renovables.
Pero la importancia del país no solo
se traduce en lo económico. Durante
años, Argelia ha actuado como frontera
frente a numerosas amenazas,
especialmente del islamismo radical
procedente de la zona del Sahel, tal
como recoge la Estrategia de Seguridad
Nacional, la cual señala las consecuencias
en el ámbito económico y
de la seguridad que puede acarrear la
inestabilidad en el país norteafricano,
que redundarían en una nueva apertura
a Europa de emigración ilegal y el
tráfico ilegal de armas y drogas.
Este inquietante escenario no afectaría
solo a España, sino que repercutiría,
por su cercanía geográfica, en el
El nuevo presidente de Argelia Abdelmadjid Tebboune
resto de países de la región del Mediterráneo
12 / Revista Ejército n.º 952 julio/agosto 2020
occidental (Marruecos,
Túnez, Francia, Italia o Portugal). Sin
olvidar que, en los arsenales libios,
actualmente en manos desconocidas,
se encontraban en su momento diversos
tipos de misiles con capacidad
para alcanzar las costas españolas.
El régimen marroquí podría peligrar,
así como la joven democracia tunecina,
único país donde parece que ha
prosperado la Primavera Árabe al instaurarse
una incipiente democracia.
CONCLUSIONES FINALES
Es indudable que no es deseable tener
vecinos inestables y con serios
problemas de convivencia interna. Tal
situación podría degenerar en conflictos
que se extendieran a los países de
la región. España, como nación directamente
afectada, y por ende la Unión
Europea, podrían aportar su experiencia
en el terreno político. No olvidemos,
además, que la frontera sur
de Europa requiere una permanente
atención dados los múltiples retos a
los que se enfrenta.
Por otro lado, y si Argelia no consiguiera
salvaguardar la estabilidad del
país, se haría necesario buscar y asegurar
nuevas alternativas energéticas
y, por supuesto, reforzar la seguridad
de nuestras costas meridionales,
tanto en lo referente a la seguridad de
nuestras fronteras como a la llegada
de grandes oleadas de inmigración
ilegal. No olvidemos que dos importantes
ciudades españolas, Ceuta y
Melilla, estarían directamente amenazadas,
especialmente esta última,
situada no lejos de la frontera argelino
marroquí, una zona de alta militarización.
Tal y como hemos apuntado a lo largo
de este trabajo existe la percepción
de que Le Pouvoir, es decir, los poderes
fácticos, podrían estar llevando
a cabo una operación de cosmética
política para que el sistema siga
como hasta ahora. Lo cierto es que
desde la independencia en 1962 es lo
que ha venido haciendo el Frente de
Liberación Nacional, un partido que,
como se ha indicado anteriormente,
dirigió el proceso de independencia
del país. Por ello, la Hirak sigue teniendo
como prioridad, desde la dimisión
del anterior presidente Bouteflika,
el cambio del sistema político
y la primacía del poder civil sobre el
militar.
A pesar de que parte de la sociedad
desea ese cambio de sistema, aún
sigue muy reciente el recuerdo de