71
los reinos cristianos, en las primeras
fases de la Reconquista, cuando los
terrenos, agrestes y pobres, facilitaban
las acciones de grupos pequeños e independientes.
En el siglo xiii, en Las
Siete Partidas, se los describe pormenorizadamente,
pero en unos tiempos
en que ya debían estar más reglados1.
En el reino
de Aragón,
partiendo de
unos duros y
poco integrados
guerreros
fronterizos, se
constituyó la más
exitosa unidad
mercenaria de
la Edad Media
occidental
Los almogávares existieron en todos
los reinos cristianos y musulmanes
pero, la espectacularidad de sus acciones
y el éxito de las mismas, dejaron
su nombre unido indisolublemente a
Aragón y al Mediterráneo, aunque quizá
no sea del todo propio atribuir estas
hazañas a los auténticos almogávares.
En el reino de Aragón, partiendo de
unos duros y poco integrados guerreros
fronterizos, se constituyó la más
exitosa unidad mercenaria de la Edad
Media occidental. Allí, los almogávares
originarios debían de ser guerreros
provenientes del Pirineo, que
ejercían sus actividades con un fin
primordial de subsistencia, sin que,
probablemente, tuvieran con los poderes
establecidos más relación que
la que estos consiguieran imponerles,
bastante laxa, se supone.
La descripción del almogávar dada
por Bernat Desclot ha servido para generalizar
su aspecto durante cientos
de años: «Estas gentes que tienen por
nombre almogávares son gentes que
no viven sino del oficio de las armas y
que no habitan en villas ni en ciudades,
sino en montañas y bosques; ...,
y entran en la tierra de los sarracenos
una jornada o dos, robando y secuestrando
... y de eso viven; y sufren muchas
penalidades que el resto de los
hombres no podrían soportar; que