—¿Qué medidas serán necesarias
para que la operatividad no se vea afectada
por la situación financiera?
—La respuesta corta a esta pregunta
sería: asignar más personal y más presupuesto
para que el Ejército del Aire
pueda cumplir su misión. Llevamos ya
varios años tratando de ajustarnos a una
situación financiera francamente complicada.
Hemos hecho un gran esfuerzo
para que la gestión de los recursos que
recibimos —que en los últimos diez años
no han parado de reducirse— se realice
atendiendo siempre a criterios de austeridad
y eficiencia, lo que nos ha
llevado a dar de baja algunas
flotas, con la consiguiente pérdida
de capacidades. Pero las
importantes reducciones presupuestarias
que hemos sufrido
han impactado también directamente
en el sostenimiento de
nuestras aeronaves además de
obligarnos a posponer algunas
inversiones esenciales. Llegados
a este punto, la falta de recursos
para sostenimiento puede llevar
a la baja de flotas adicionales,
que será necesario relevar para
no perder más capacidades.
En cualquier caso, si los presupuestos
asignados al Ejército
del Aire no aumentan o, si como
consecuencia de la crisis sanitaria,
la situación presupuestaria
llegase a empeorar, afrontaremos
este nuevo escenario con
responsabilidad, pero debemos
ser conscientes de la situación
en la que nos encontramos tras
una década de importantes restricciones
así como de las implicaciones
que tendrían estas decisiones
en las misiones asignadas
y por tanto en la seguridad y
defensa de todos los españoles.
Es importante reseñar que, si bien invertir
en defensa revierte principalmente
sobre el bienestar y la protección de
nuestros conciudadanos, además supone
contribuir a un sector que tiene un peso
importante en el tejido industrial de nuestro
país, sobre todo en lo que se refiere a
empleo de calidad y al nivel tecnológico
de la industria aeroespacial nacional. Los
beneficios de esta inversión compensan
con creces en esta área el importante esfuerzo
económico que requieren los recursos
aeroespaciales.
—A la vista de los nuevos escenarios
¿cómo cree que debe evolucionar el poder
aeroespacial en los próximos años?
—Del análisis objetivo de las tendencias
que muy probablemente marcarán
el progreso de la humanidad
próximamente, y de las posibles amenazas
que nos pueden afectar en el futuro,
creo que se pueden extraer dos
conclusiones principales: por un lado,
la creciente importancia del medio aeroespacial
para la seguridad y defensa;
y por otro, la aparición de nuevos escenarios,
como el ciberespacio o el cognitivo,
junto con una cada vez mayor
interacción entre estos nuevos ámbitos
y aquellos considerados tradicionales.
Desde el punto de vista militar, de
la primera conclusión se deriva la necesidad
de aumentar las capacidades
del poder aeroespacial para garantizar
el control y el dominio del medio que
engloba el espacio aéreo y el espacio
denominado «ultraterrestre»; y de la
segunda, la imprescindible aportación
del poder aeroespacial al conjunto de
capacidades militares multidominio,
siendo este el único capaz de actuar
de forma simultánea en todos ellos.
Como me gusta decir en mis discursos,
el Ejército del Aire ya es importante y
bueno, pero a pesar de ello, lo mejor
para nosotros está todavía por llegar.
—¿Cómo se están adaptando a esos
nuevos desafios que representan el dominio
del espacio y el ciberespacio?
—Tienen una importancia capital.
Como ya he dicho están en evolución
constante y ahora estamos en el proceso
de pasar de un Ejército del Aire a un
Ejército del Aire y del Espacio.
La Estrategia de Seguridad
Aeroespacial Nacional de 2019
pone de manifiesto la importancia
que el entorno aeroespacial
tiene para España. El Ejército
del Aire es el organismo a escala
nacional con mayor conocimiento
global y experiencia
sobre los riesgos y amenazas
que afectan al aire y al espacio,
de hecho, en los últimos años el
espacio se ha convertido en un
nuevo medio natural de nuestras
operaciones. Asimismo,
desde el año pasado disponemos
de nuestro propio Centro
de Operaciones de Vigilancia
Espacial (COVE) para la vigilancia
y conocimiento de la
situación espacial y el apoyo a
este tipo de operaciones.
En cuanto al ciberespacio,
considerando la importancia
de la tecnología para el Ejército
del Aire, nuestra prioridad
es garantizar la integridad de
nuestros sistemas de mando
y control, así como proteger
nuestros sistemas de información.
Básicamente, en este
medio realizamos actividades
de ciberdefensa. Necesitamos proteger
nuestros recursos en el ciberespacio para
poder emplear eficazmente el poder aeroespacial,
que es nuestra razón de ser.
Y con este objetivo vamos progresando
de forma destacada.
—Lleva más de tres años en el cargo,
¿qué momentos le han dejado más
huella?
—Ser jefe de Estado Mayor del Ejército
del Aire es una gran responsabilidad,
pero ante todo un orgullo. En mi
18 Revista Española de Defensa Septiembre 2020