entrevista
del espectro de misiones de Inteligencia,
Vigilancia y Reconocimiento (Intelligence,
Surveillance and Reconnaissance, ISR). Las
ventajas son principalmente la calidad
e inmediatez de la información que proporciona.
Estas dos características se han
convertido en prácticamente imprescindibles
para ejercer el mando y control de
las operaciones, en especial la inmediatez.
Los sistemas de armas Predator-B adquiridos
por España son una solución interina
hasta que se pueda contar con el EuroMALE,
que es el sistema de armas que se operará
a largo plazo en este tipo de misiones.
—¿Qué proyectos son prioritarios
en sistemas de mando y control?
—El Sistema de Mando y Control del
Ejército del Aire, columna vertebral de la
defensa de nuestro espacio aéreo, necesita
de una urgente modernización que no debería
demorarse más. Es de primera necesidad
la modernización de los Grupos de
Mando y Control de Zaragoza, Gando y
Torrejón, así como la sustitución de parte
«Algunas de nuestras misiones diarias no
son suficientemente conocidas, a pesar de
su importancia para la seguridad de todos»
de los radares de los Escuadrones de Vigilancia
Aérea por su incompatibilidad con
la tecnología 5G.
Paralelamente, se está produciendo la
integración del nuevo Sistema de Mando
y Control Aéreo (Air Command and Control
System, ACCS) de la OTAN. La misión
de policía aérea de todo el flanco sur
de la Alianza, incluido nuestro espacio
aéreo, se dirige desde el Centro de Operaciones
Aéreas Combinadas (Combined
Air Operations Center, CAOC) situado en
la base aérea de Torrejón, por lo que la
actualización simultánea de los sistemas
nacional y aliado resulta también especialmente
importante.
—Pronto se van a recibir los primeros
helicópteros NH-90 ¿cómo repercutirá
su entrada en servicio?
—Las características técnicas del NH-
90 suponen un salto cualitativo en el ámbito
de los sistemas de ala rotatoria. Se trata
de una nueva generación de helicópteros
que incorpora numerosas mejoras con
respecto a la anterior. Con este nuevo
material mejoraremos nuestra capacidad
de recuperación de personal en teatros
de operaciones. Además, con el NH-90
podremos realizar mejor nuestra contribución
a la Acción Aérea del Estado,
principalmente en misiones de Búsqueda
y Salvamento. Y todo ello, una vez más,
apoyándonos en nuestra industria aeroespacial
nacional. Mientras llegan estos
nuevos helicópteros, estamos haciendo
un gran esfuerzo en potenciar la modernización
de nuestra Maestranza Aérea de
Madrid para poder asegurar un sostenimiento
orgánico, así como el conocimiento
desde el punto de vista de ingeniería
para asegurar la aeronavegabilidad y la
operatividad de este nuevo sistema.
—En materia de personal ¿Qué medidas
son más necesarias para responder
a las necesidades operativas?
—El Ejército del Aire se ha visto reducido
en aproximadamente 6.000 personas
en los últimos doce años, cuando paradójicamente
el poder aeroespacial es cada
vez más relevante y cuando además, para
ejercerlo, se requieren y emplean más y
mejores capacidades. Como consecuencia,
la respuesta es clara: el Ejército del
Aire necesita más personal para cumplir
con su misión.
De igual modo, cuanto más tecnificadas
y automatizadas son las capacidades
militares, mayores son los requisitos de
instrucción y adiestramiento, por lo que
surge también la necesidad de potenciar
los recursos humanos y materiales dedicados
a la formación.
Además de los números mencionados,
es importante significar la desproporción
existente en el porcentaje
de militares del Ejército del Aire con
respecto al conjunto de las Fuerzas
Armadas, que no alcanza ni siquiera el
18 por 100, cuando en otros países de
nuestro entorno, con capacidades y dimensiones
comparables a las nuestras,
la proporción de personal de una fuerza
aeroespacial se sitúa alrededor del 25
por 100. Estos datos implican que con
los 120.000 efectivos de las Fuerzas Armadas,
el Ejército del Aire necesitaría
tener alrededor de 8.000 personas más,
cifra que coincide con nuestras necesidades
reales.
Por otro lado, en el Ejército del Aire
siempre estamos trabajando para intentar
mejorar las condiciones de vida de nuestro
personal, adaptándonos a las nuevas
realidades y a las circunstancias actuales
de nuestros aviadores y de sus familias.
—¿Cree que los españoles, en general,
conocen las misiones que se llevan a
cabo diariamente?
—Las misiones que realiza el Ejército
del Aire se conocen obviamente mejor en
aquellos lugares en los que tiene sus bases
y sus unidades. Un ejemplo claro de
donde sí son conscientes de estas misiones
es en las Islas Canarias, donde los aviones
cargados de turistas pueden aterrizar y
despegar con seguridad gracias a que el
espacio aéreo es seguro, debido a la vigilancia
y control que el Ejército del Aire
lleva a cabo de forma permanente, 24 horas
al día, todos los días del año.
Es cierto que algunas de las misiones
que realizamos diariamente y de
forma permanente no suelen salir en
el escaparate, y por ese motivo no son
suficientemente conocidas por la sociedad,
a pesar de la importancia de las
mismas para la seguridad y el bienestar
de todos los españoles. Además de
nuestra misión principal, que es la policía
del aire, mencionaría la extinción de
incendios forestales, el aerotransporte,
las misiones SAR, las aeroevacuaciones,
los apoyos a la agencia tributaria
y el transporte de autoridades, entre
otras.
Estamos realizando un esfuerzo continuo
de comunicación para dar a conocer a
un porcentaje mayor de la sociedad lo que
somos y lo que hacemos, utilizando para
ello los nuevos canales de comunicación y
las redes sociales, entre otros medios.
Recientemente, con motivo de la operación
Balmis, sí creo que la sociedad ha
apreciado parte de esas capacidades del
Ejército del Aire, como son las sanitarias,
el aerotransporte y las de aeroevacuación,
por citar algunas, pero seguro que sin
apreciar que, además, hemos estado realizando
diariamente, las 24 horas, todas
las misiones permanentes que acabo de
mencionar.
20 Revista Española de Defensa Septiembre 2020