Cique-Moya A. y Vega-Pla J.L.
Por otro lado, es el responsable de la ejecución de los programas
de autocontrol establecidos tanto en la parte documental como,
en su caso, la verificación analítica en el laboratorio (13) basán-dose
en la estrategia promovida por la Comisión Europea De la
granja a la mesa (14).
Desde el ámbito de la sanidad ambiental el veterinario mi-litar
diseña, supervisa y verifica la ejecución de planes de lim-pieza,
desinfección, desinsectación y desratización, al objeto de
evitar la aparición de plagas y controlar los posibles vectores,
para prevenir enfermedades de carácter zoonósico. Esta activi-dad
la desarrolla tanto en el territorio nacional como en la zona
de operaciones donde despliegan las diferentes unidades milita-res.
El uso de plaguicidas obliga a un profundo conocimiento del
impacto ambiental que conlleva su utilización en grandes espa-cios
y las consecuencias colaterales derivadas de su diseminación
(toxicidad para el hombre y animales, corrosión de superficies
y elementos, etc.). El Oficial Veterinario dispone también de la
capacidad para realizar una evaluación de riesgos mediante la
identificación y seguimiento de los vectores de zoonosis en las
zonas de operaciones proporcionando una protección adicional
al contingente desplegado. Tal es el caso de enfermedades vecto-riales
como la Malaria, Leishmaniosis, Fiebre Q, Fiebre Recu-rrente,
Fiebre del Nilo Occidental, entre otras muchas.
El desarrollo de equipos multidisciplinares dentro de la Sa-nidad
Militar, equivalentes a los Equipos de Despliegue Rápido
de Investigación de Brotes (EDRIB-RDOIT) integrados en los
Medical Deployable Outbreak and Incident Investigation Teams
(OTAN) (15), serían los responsables de hacer frente a las ame-nazas
biológicas y potenciarían una capacidad fundamental
para establecer y verificar el diagnóstico, definir e identificar ca-sos,
describir una situación epidemiológica, desarrollar y evaluar
hipótesis, comunicar resultados, implementar medidas de pre-vención
y control, mantener la vigilancia e implementar, en caso
necesario, la elaboración de nuevas recomendaciones para un
mejor control del brote epidemiológico, sea cual sea el origen de
éste. Dentro de la concepción modular de los EDRIB-RDOIT
se integraría un módulo veterinario específico en función del po-tencial
origen zoonósico del brote.
CARÁCTER ZOONÓSICO DE LOS CORONAVIRUS
Los coronavirus son muy comunes en mamíferos y aves (16).
No siempre están asociados a enfermedades y hay frecuente-mente
portadores asintomáticos en diversas especies domésticas
y silvestres (17). Se pueden citar alfacoronavirus como el felino
FeCoV (18), una gran variedad de betacoronavirus que afectan
a mamíferos, incluidos murciélagos entre otros (19,20), en este
grupo se encuentran también los responsables de las enferme-dades
emergentes más recientes como son el MERS CoV, SARS
CoV y SARS CoV-2. Se han descrito también gammacorona-virus
y deltacoronavirus que afectan a aves, cetáceos e incluso
felinos (21).
Varias especies de mamíferos albergan coronavirus, y estas
infecciones se asocian frecuentemente con enfermedades clínicas
graves, como enfermedades respiratorias y entéricas en cerdos y
ganado vacuno (22,23). Estudios filogenéticos moleculares han
revelado que al menos un coronavirus humano (HCov-OC43)
108 Sanid. mil. 2020; 76 (2)
puede haberse originado en ganado bovino o porcino (24,25) y
que este virus estaba asociado con una pandemia humana que
surgió a fines del siglo XIX (26). Datos recientes indican que
los coronavirus pueden pasar de murciélagos a otras especies
de vida silvestre y humanos (27) y de humanos a tigres (28) y
cerdos (29). Por lo tanto, comprender el rango de hospedadores
del SARS-CoV-2 y los coronavirus relacionados es esencial para
mejorar la capacidad de predicción y control de futuras pande-mias.
También es crucial para proteger las poblaciones de espe-cies
de vida silvestre en hábitats nativos y bajo cuidado humano,
particularmente primates no humanos, que también pueden ser
susceptibles a la COVID-19 (30).
En general, los coronavirus están adaptados a las especies,
y la transmisión de una especie a otra es rara. Tal es así que
después de su primer año de vida, más del 80% de los animales
de las diferentes especies domésticas, son seropositivos para al
menos un coronavirus, sin expresar signos clínicos (31).
Solo unas pocas especies descritas de coronavirus han mos-trado
un amplio rango de huéspedes que incluye al hombre
como el SARS-CoV (civetas, mapaches, murciélagos herradura,
cerdos), MERS-CoV (murciélagos, erizos, camellos) y Bov-CoV
(ganado vacuno, rumiantes salvajes, camélidos, perros) (16). La
transmisión no necesariamente implica el desarrollo de la enfer-medad,
habitualmente ésta cursa de forma subclínica, sin embar-go,
éste no es el caso de la COVID-19 en el hombre.
En trabajos recientes (32–34). En trabajos recientes (32-34),
se comprobó que la secuencia de SARS-CoV-2, concretamente
su factor de unión al receptor (RBM) que contacta directamen-te
con la enzima 2 del receptor de la angiotensina (ACE2), es
similar a la de SARS-CoV, lo que sugiere que SARS-CoV-2 usa
ACE2 como su receptor. Por otro lado, varios residuos aminoa-cídicos
críticos en el RBM del SARS-CoV-2 proporcionan inte-racciones
favorables con ACE2 humano, lo que estaría correla-cionado
con la alta capacidad de SARS-CoV-2 para la infección
de células del hombre. También habría otros residuos críticos
compatibles, pero no ideales, para unirse al ACE2 humano, lo
que sugiere que SARS-CoV-2 ha adquirido recientemente su ca-pacidad
para la transmisión de hombre a hombre. Aunque el
análisis filogenético indica un posible origen de murciélago del
SARS-CoV-2, también se reconoce la ACE2 en diversas especies
animales, lo que induce a plantear la participación de distintos
hospedadores intermedios o modelos animales para infecciones
de SARS-CoV-2 (32). Por lo tanto, los estudios e investigaciones
realizados con un abordaje zoonósico sin duda pueden ayudar a
la vigilancia epidémica y el establecimiento de medidas preventi-vas
contra la COVID-19.
La capacidad del SARS-CoV-2 de infectar a otras especies ani-males
en ciertas circunstancias es una realidad. A lo largo de los
últimos meses, se han encontrado algunos casos de animales infec-tados
con el SARS-CoV-2 (35-37). Algunos perros y gatos resul-taron
positivos incluso presentando síntomas alguno de ellos (38).
Varios tigres y un león en un zoológico de Nueva York también
presentaron sintomatología. Se detectaron ejemplares positivos
en cuatro granjas de visón en Holanda. En todos los casos, el co-ronavirus
fue transferido de las personas a los animales, con una
posible transmisión de retorno a los cuidadores en las granjas de
pieles, éstos sería casos de antropozoonosis. En EEUU, desde que
se detectaron los primeros casos en perros y gatos, el Departamento