García-Real J.M., et al.
su asiento oficial, aspecto que cambió al comenzar el siglo XX,
por ser ya demandada explícitamente a partir del Real Decreto
2394/2004, consolidándose en las Órdenes Ministeriales 66/2009
y 71/2010.
MODELO DE INTERVENCIÓN DE SALUD MENTAL EN
LA EMERGENCIA SANITARIA POR COVID-19
La intervención psicológica en emergencias es, por defini-ción,
prevención secundaria en salud mental. Esta prevención
actúa cuando aparecen las primeras reacciones de estrés (aun-que
se encuentren dentro de lo normal en la población general
durante las emergencias y los desastres), creándose un espacio
de expresión emocional, contención, comprensión, seguridad
y búsqueda de recursos. Esto facilita la elaboración del evento
traumático y el ajuste psicológico a la situación. La prevención
secundaria, por tanto, se dirige a reducir la intensidad y dura-ción
de las reacciones y del malestar que de ellas se deriva. Se
impide así su agravamiento y se reduce, en origen, la prevalencia
futura.
El Comité Permanente entre Organismos (Inter- Agency
Standing Committee; IASC)26 estableció un conjunto de direc-trices
acerca de cómo intervenir en la salud mental durante los
desastres, situando el apoyo a la salud mental dentro de un con-texto
más amplio denominado apoyo psicosocial27. Se crea así
un sistema de servicios combinados de salud mental y de apoyo
psicosocial con cuatro niveles de intervención IASC26: 1. Servi-cios
básicos y seguridad –abastecimiento alimentario, suministro
energético, seguridad–; 2. Apoyo familiar y comunitario –redes
informales cercanas–; 3. Apoyo no especializado –red formal,
en donde se incluyen los PAP y la atención primaria en salud
mental– y; 4. Servicios especializados de psicología y psiquiatría
–dirigidos a personas con trastornos mentales graves, siempre
que sus necesidades excedan las capacidades de la atención pri-maria–.
Estos cuatro niveles procuran que los individuos cuenten con
los recursos fundamentales para afrontar la adversidad genera-da
por las emergencias y se minimice, así, el impacto del desas-tre
sobre la salud. Este modelo de intervención se deriva de la
teoría transaccional del estrés28-36, según la cual el estrés (ma-lestar,
mala salud) sería el resultado de la interacción entre las
demandas (estresores o riesgos) y los recursos (resiliencia) con
los que cuenta el sujeto. Desde esta teoría, se destaca el papel de
los mecanismos de evaluación y afrontamiento que median entre
el estrés y sus consecuencias37, donde la evaluación es un proce-so
cognitivo que actúa en dos fases. En la primera, la persona
analiza los riesgos o estresores y sus posibles consecuencias y, si
el resultado indica que puede haber daño o malestar, en la eva-luación
secundaria, pasaría a identificar con qué recursos cuenta
y qué acciones puede implementar para reducir o eliminar dicha
gravedad.
Aunque lo ideal para disminuir el impacto de los estresores
sobre la salud sería eliminarlos o reducirlos, en muchas ocasiones
esto no es posible. En la mayoría de los casos las intervenciones
se dirigen, por tanto, a aumentar los recursos y las estrategias
de afrontamiento de las personas, tal y como apunta la teoría
transaccional del estrés. Este es, también, el enfoque que adop-ta
120 Sanid. mil. 2020; 76 (2)
la teoría de la resiliencia psicológica frente a las situaciones
potencialmente traumáticas38-48, especialmente en su orientación
interactiva o transaccional49.
Ambas teorías, transaccional del estrés y de la resiliencia, son
capaces de explicar por qué, ante los mismos riesgos, no todas
las personas desarrollan problemas psicológicos. Desde estos en-foques,
una persona puede ser muy resiliente en un momento
de su vida, pero no en otro o puede ser resiliente en un tipo de
situaciones pero no en todas. Así, la resiliencia es un proceso am-plio
y dinámico que depende de recursos y estrategias internas y
externas al sujeto.
Las intervenciones psicológicas en desastres y emergencias
se centran, por tanto, en fomentar la resiliencia de las personas
para afrontar la situación crítica y las consecuencias que de ella
se puedan derivar. Estas intervenciones se realizan puntualmen-te,
en una o contadas sesiones, teniendo en cuenta los principios
establecidos por los PAP. Los PAP se diseñaron para promover
elementos cruciales en las primeras fases de las crisis, como la
percepción de seguridad, calma, eficacia propia y comunitaria,
conexión y esperanza50. Los PAP son una práctica basada en
la información51, ampliamente respaldada por el consenso de
expertos, menos estigmatizante que las intervenciones psiquiá-tricas52
y completamente integrada en el apoyo psicosocial en
desastres y emergencias53, incluida la pandemia por Covid-1954.
Hasta hace poco, los PAP no contaban con evidencias sólidas55,56
seguramente debido a la complejidad y dificultad para elaborar
estudios controlados en desastres y emergencias. Sin embargo,
en los últimos años, algunos estudios van definiendo su efectivi-dad
en la reducción del estrés agudo y el aumento de la esperan-za57
o el bienestar emocional y la severidad de los flaschbacks58.
La planificación de las actuaciones de los psicólogos mili-tares
durante la pandemia por Covid-19, estuvo guiada por la
teoría transaccional del estrés, la teoría de la resiliencia y los
PAP. Las intervenciones presenciales y telefónicas se basaron en
el apoyo y acompañamiento, en todos los niveles (emocional,
cognitivo, conductual y fisiológico), fomentando los objetivos de
los PAP (contactar, conectar, confort, seguridad, estabilización,
recopilar información, resolución de problemas y búsqueda de
apoyo). En las intervenciones diferidas mediante guías psicoedu-cativas,
se hizo hincapié en señalar y reconocer los riesgos físicos
y psicosociales asociados a la emergencia (destacando el papel
de la carga física, psicológica y, sobre todo, emocional; el efecto
de la acumulación de estresores; el estrés por incidente crítico; o
los Eventos Potencialmente Perjudiciales para la Moral –Poten-tially
Morally Injurious Event–) y en la detección y potenciación
de la resiliencia para hacer frente a dichos riesgos. Además, se
reconoció explícitamente el impacto negativo del estigma aso-ciado
a los problemas mentales y la necesidad de buscar ayuda
cuando se necesita.
MÉTODO
Con el objetivo de analizar el impacto de la pandemia en la
población mundial y así hacer una aproximación indirecta a la
población en la que se intervino, se realizaron búsquedas biblio-gráficas
de artículos revisados por pares, estudios controlados,
revisiones, revisiones sistemáticas y meta-análisis en PubMed,