Sanid. mil. 2020; 76 (2) 55
EDITORIAL
Sanidad Militar ante la crisis de la COVID-19
Sanid. mil. 2020; 76 (2): 54-55, ISSN: 1887-8571
En marzo de 2020 España comenzó a sufrir una situación
excepcional por el rápido contagio entre los ciudadanos del co-ronavirus
COVID-19, que en nuestro país ha provocado miles de
fallecimientos, colapsos en el sistema sanitario y la declaración
del estado de alarma. El patógeno se detectó por primera vez
en Wuhan (China) en diciembre de 2019. La valoración clínica
inicial en China hacía pensar en una enfermedad parecida a la
gripe con unas frecuencias de cuadros graves que no superarían
el 10 por ciento del total de afectados.
Desde el punto de vista sanitario esta crisis tiene unas carac-terísticas
muy diferentes a otras epidemias de los últimos años.
En primer lugar, se inicia en un territorio definido y a pesar de
los esfuerzos por su contención se extiende de manera progresiva
y gradual a la mayoría del planeta. En un principio, todo hacía
pensar en una epidemia restringida a la zona de su inicio y a
áreas colindantes, como había sucedido con el SARS (síndrome
respiratorio agudo severo) del año 2002 con origen en la región
de Cantón (China) o el MERS-Cov (síndrome respiratorio de
oriente medio provocado por coronavirus) del año 2012 con ori-gen
en Arabia Saudí. Sin embargo, no se pudo evitar el salto de
fronteras y la rápida difusión de la epidemia.
La pandemia de la COVID-19 representa un gran reto para
la Sanidad Militar exigiendo la utilización de sus capacidades
de la forma más rápida, segura y eficaz. Ello ha requerido su
adaptación a las particularidades y dimensión sanitaria que de-manda
la lucha contra esta epidemia en el contexto colaborati-vo
marcado por la «Operación Balmis» –activa desde el 15 de
marzo del 2020–. Antes del establecimiento de esta Operación,
en el mes de enero, ya la Sanidad Militar había intervenido en el
aislamiento preventivo de los españoles procedentes de Wuhan
(China), punto de origen de la infección actual, efectuado en el
Hospital Central de la Defensa Gómez Ulla durante un periodo
de catorce días.
La Sanidad Militar ha dado una respuesta con inmediatez y
eficacia a este reto en base a su preparación específica, adiestra-miento,
espíritu de servicio y, sobre todo, a los planes de contin-gencia
sanitaria previstos en sus protocolos de actuación para
brotes epidémicos en cuyas actuaciones tuvo un protagonismo
relevante. Fue primero en la epidemia de Gripe A H5N1 con un
brote en la Academia de Ingenieros de Hoyo de Manzanares en
el año 2009, procediendo al aislamiento del personal pertene-ciente
a la misma, proporcionando apoyo en personal sanitario,
medicamentos y material sanitario de acuerdo a un plan sanita-rio
prestablecido para dicha contingencia. En segundo lugar, fue
en la epidemia del virus del Ébola en África en el año 2014 con
las aéreo-evacuaciones de enfermos en traslados medicalizados
en cámaras de aislamiento individual aséptico y la adquisición
de material sanitario de aislamiento, protección y desinfección
Recibido: 19 de junio de 2020
Aceptado: 23 de junio de 2020
doi: 10.4321/S1887-85712020000200001
como reserva para afrontar la posible propagación de la epide-mia.
A consecuencia de esta epidemia se creó, con visión de fu-turo,
la «Unidad de Aislamiento de Alto Nivel (UAAN)» en la
planta 22 del Hospital Gómez Ulla operativa desde el año 2016.
Para dar respuesta adecuada a la pandemia del COVID-19,
Sanidad Militar desarrolló un «Plan de Activación» de personal,
medios, infraestructuras, recursos, centros y unidades que defi-nía,
así mismo, su articulación operativa con el objetivo de res-ponder
de una forma inmediata y eficaz al desafío sanitario que
representa la pandemia. Ello ha implicado el trabajo conjunto
de toda la Inspección General de Sanidad y su Red de Centros,
de las Unidades y personal de Sanidad del Ejército de Tierra, del
Ejército del Aire, de la Armada y de la Unidad Militar de Emer-gencias,
coordinados por el Mando de Operaciones, conductor
final de la «Operación Balmis».
Aunque la lucha contra la pandemia del COVID-19 se ha
centrado preferentemente en la labor asistencial, concentrándo-se
el esfuerzo en el Hospital Central de la Defensa «Gómez Ulla»
y en el Hospital General de la Defensa «Orad y Gajías», también
se realizan labores de apoyo sanitario especializado a través del
Centro Militar de Farmacia de la Defensa, del Centro Militar de
Veterinaria de la Defensa, del Instituto de Medicina Preventiva
de la Defensa, del Centro de Transfusión de las Fuerzas Arma-das
y de la Unidad de Psicología de la Inspección General de
Sanidad.
Además participan en esta lucha contra la pandemia del CO-VID-
19 las Unidades de Sanidad pertenecientes a otros Ejérci-tos,
a la Armada y a la Unidad Militar de Emergencias (UME)
con sus medios y personal, en labores preferentemente de re-fuerzo
sanitario. Destacan la Brigada de Sanidad (BRISAN) del
Ejército de Tierra, la Unidad Médica de Apoyo al Despliegue
Aéreo (UMAAD) y la Unidad Médica de Aéreo-evacuación
(UMAER) del Ejército del Aire, El Buque Galicia de la Armada
y el Laboratorio de Identificación Rápida (LABIR) de la Uni-dad
Militar de Emergencias (UME).
A lo largo de su Historia la Sanidad Militar ha desarrollado
una importante labor investigadora con descubrimientos e inno-vaciones
que han tenido como resultado nuevos medicamentos,
material sanitario, protocolos y procedimientos en el campo de
la Sanidad de gran trascendencia que han resultado muy útiles
no solo a la Sanidad Militar sino también a la Sanidad en su
conjunto.
Esta labor continua de investigación, desarrollo e innovación
de la Sanidad Militar también es asumida en esta lucha contra el
COVID-19. Así, el Centro Militar de Farmacia de la Defensa de-sarrolla
nuevos medicamentos y productos sanitarios, el Centro
de Transfusiones de las Fuerzas Armadas a través del Instituto
de Salud Carlos III participa en un estudio de suero hiperinmu-ne,
el Centro Militar de Veterinaria de la Defensa con su labora-torio
de Biología Molecular realiza pruebas RT-PCR.
En todo el conjunto de Unidades, Centros, Organismos y
Servicios de Sanidad Militar se protocolizan y se renuevan pro-